Evita y Macri: dos renunciamientos históricos

Recorridos 60 años del histórico Renunciamiento de Eva Perón -la abanderada de los humildes-, Mauricio Macri -un escolta de la oligarquía- no podía quedarse atrás. Un escolta va a la zaga, siempre: acompañando, vigilando, o simplemente emulando como puede.

Arranquemos jugando a marcar semejanzas y 7 diferencias 7, en los respectivos motivos y convocatorias, intenciones y mensajes, resultados y saludos, despedida y final:



El 22 de agosto de 1951, 'las vanguardias descamisadas de la Patria' pusieron todas sus esperanzas de garantía de sensibilidad y lucha, sobre las ya debilitadas espaldas de Evita, reclamándole -casi sin opciones- que aceptara la candidatura a la vicepresidencia acompañando en la fórmula al general Perón, quien sería indudablemente reelecto en noviembre. El Cabildo Abierto -más abierto e inclusivo que nunca antes- convocado por la CGT, había reunido a dos millones de personas en la 9 de Julio, con el bello Ministerio de Obras Públicas al frente:


En 2011, en cambio, unos pocos pero poderosos cipayos aferrados a sus mezquindades, cargaban la representación de la defensa de sus amenazados privilegios, sobre las poco usadas espaldas de Macri: "joya, primera mano, nunca taxi". Obediente e interesado en los apoyos mutuos, en febrero, el hijo de Franco que vive de licencia -o viceversa- insistía con su "vocación presidencial":



Hace casi 60 años, luego de un largo y persuasivo mensaje, la Santa de los grasitas pidió que la esperasen unas horas para decidirse, pero las hordas salvajes provenientes de aquel aluvión zoológico de 1945, reaccionaron inmediatamente. Hasta el propio Secretario General de la CGT -José Espejo- a su lado en el palco, exigió al unísono: "¡Ahora! ¡Ahora!" La Jefa espiritual de la Nación, imploró a la multitud: "Compañeros, por el cariño que nos une, no me hagan hacer lo que no quiero hacer"; advirtiendo: "Yo no renuncio a la lucha. Renuncio a los honores."
Sin embargo, ahora, Mauricio Macri hace lo que le indican sin demasiadas objeciones, en tanto le redunde lo que él entiende por honores: fama, privilegios y dinero; no dignidad ni reputación. Es descriptiva la conferencia de prensa dada en marzo, al anunciar las fechas propuestas para la elección del Jefe de Gobierno de la CABA. Y ahorro comentarios mediante este oportuno vídeo de CN23, claramente subtitulado por Daniel Mancuso:


La Capitana de los cabecitas había demostrado gratitud con su maestro y amigo, y reconocimiento para los antiguos olvidados por la 'oligarquía vendepatria': trabajadores, niños, mujeres, ancianos... Con la sabiduría de quien tiene contacto con el pueblo desde las entrañas, la gran Eva supo cambiar el sombrero de mano, revalorizando la conducción del general ante quienes, en definitiva, habían ido a encontrarse con ella. Pero ese pueblo de Evita y Perón estaba alerta para defender su deseo. Ante el clamor popular por la definición sobre la vicepresidencia, Eva terminó solicitando -ahora- unos días. Y, tal vez, rematando en la hábil búsqueda de congelar la situación, les dijo: "como dijo el general Perón, yo haré lo que diga el pueblo".
Pero, el ingeniero en permanente uso de licencia, analizó la realidad desde su termo, repitiendo el discurso de los poderosos y manifestándoles su indubitable sumisión. O, seguramente, desde el artero aunque poco estratégico asesoramiento de Jaime Durán Barba, quien le prepara el libreto carente de credibilidad, porque no considera quien lo enuncia o simplemente presume que el auditorio de Macri no necesita nada en consonancia razonable entre mensaje y emisor.

Aunque parezca imposible, Evita había dialogado con aquellas ansiosas 'bárbaras masas populistas', pudiendo eludir la definición. Para los especuladores de la intriga, la incondicional compañera del general había desestimado la inexorable vicepresidencia por imposición de los sectores poderosos y algunos hasta conjeturaban que Perón se lo hubo pedido. Para la mayoría, la reina de los descamisados deseó no comprometer su deteriorada salud, además consciente de que las burocráticas funciones de la vicepresidencia le impedirían continuar dedicándose 18 horas diarias a indagar necesidades y a implementar y controlar acciones de Justicia Social "in situ, in acto".

Al contrario, el cavilante ingeniero sin ejercicio profesional declarado, continuó tirando su multicandidatura a definirse PRO-democráticamente.
Hoy, a Jefe de Gobierno, mañana a Presidente, pasado: ¿quién sabe?

Recorriendo Córdoba -nada menos que de la mano de Oscar Aguad- volvió a intentar lanzarse a la Nación como puede recordarse en esta nota del diario "Clarín" del 28 de abril.
Sí, hace menos de dos semanas. Cuando el socialismo de Binner, el GEN de Stolbizer y los del Sur solanista empezaron a dudar más fuerte sobre la posibilidad de armar un Frente "Progresista" con la UCR de Ricardito -el hijo de Alfonsín- mientras su gente coquetea confusamente con la derecha macrista. Carrió, para variar, rompió lanzas y empezó a pasar por los comités con su desvencijada ambulancia para intentar recoger heridos.


Evita había procurado eludir convertirse en instrumento de intereses sectoriales en detrimento del equilibrio del conjunto del Movimiento Nacional -por entonces, o mais grande do mundo- conducido por Juan Perón. Como sea, atinada o no, la incondicional compañera del general antepuso la patria sobre el movimiento y el movimiento sobre los hombres y las mujeres, sobre ella misma.
En contraste con Macri, quien primero mira a sus propios intereses más empresariales que gubernamentales, luego a la corporación que materializa como pocos y, por último -casi sin considerar- atiende a la nación o, en su defecto, a los porteños y, ¿quién sabe?, a este paso desertor y revertido puede terminar abocado a los socios de Boca o a los vecinos de la Comuna 2...


¿Quién sabe? Ni Macri lo sabe. Basta ver la atinada síntesis del recorrido macrista en el reciente tweet de Amado Boudou, posteado (acá) por el Inge Sbariggi. Recomiendo leer los comentarios...
Abusando de prefijos: para bajarse de la autoprecandidatura a la presidencia con quien sea que represente los intereses neopostmenemato (Duhalde, Rodríguez Saá, Alfonsín Jr., Hola Soy Sanz y siguen firmas), el vacacionante Jefe de Desgobierno porteño atravesó diversos estadios, para culminar -probablemente y al paso doblegado que lleva- en el estadio de la Bombonera, en tanto Jorge Ameal no se postule nuevamente, claro.

A 9 días del Cabildo Abierto, la noche del 31 de agosto de 1951, Evita se dirigió al pueblo por la Cadena Nacional de Radiodifusión, comunicando su Renunciamiento Histórico:
 

Evita dio mayor importancia a su actividad militante, a lo que consideró conveniente para la conducción del movimiento y, sobre todo, al equilibrio entre las múltiples fuerzas integrantes. No obstante, diversas agrupaciones del gremialismo se sintieron defraudadas y, cerradas en sus propios deseos y necesidades sectoriales, marcaron una fisura en el Movimiento Nacional Justicialista. No corresponde referir a supuestos sobre los aconteceres que se habrían suscitado si la Jefa Espiritual de la Nación hubiese aceptado. Menos aún, sabiendo que once meses después, la Santa de los grasitas moriría por cáncer con apenas 33 vertiginosos años.
El licenciado ingeniero no tuvo renunciamiento, cayó en la burda renuncia cobarde. Y eso es lo histórico: "Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar". Cristina Fernández de Kirchner hace, realiza, gestiona, soluciona. Macri tiene nada para demostrar y se acovacha en el goriláceo y tripolar reducto porteño. Es de esperar que esta vez, los capitalinos evalúen antes de elegir y demuestren que, como dice Solanas, materializan votos de alta calidad. Hasta ahora, a pruebas vistas, me atribuyo el beneficio de la duda.

Evita despertó pasiones incontenibles de amor y odio, entregando el corazón y la mano dócil a sus cabecitas, pero poniendo temperamento y mano dura con los oligarcas.
En tanto, Mauricio no despierta nada sanguíneo con su timorato balbuceo por carencia de ideas, necesitado de un Power Point o de un soplón en la nuca. Bastó ver anoche en "TN-Todo Negativo-Hipoiodismo Dependiente", la cara de desconcierto de Joaco Morales Solá -un neoliberal que daría mucho por tener a la gente del PRO manejando el país- cuando el eterno licenciado se explayaba fabulando situaciones y dando inverosímiles excusas para recluirse electoralmente en la CABA que desgobierna.

María Eva Duarte no fue repudiada por el gorilaje demócrata por casarse con un general del Ejército Infame devenido Presidente electo de la Nación. Eva María Ibarguren no fue aborrecida por la Iglesia por ser hija “ilegítima”. La oligarquía no le endilgaba ser de clase baja criada cerca de las tolderías. Los opositores no la rechazaban por ser mujer y actriz. A Evita la odiaron porque les quitó el poder a unos y el protagonismo a otros. A Evita, los figurones no le perdonaron haberse metido -sin pedirles permiso- en el corazón de los pibes y los abuelos, de las mujeres explotadas y discriminadas y, sobre todo, en el alma de los trabajadores.

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