Advertencia: El siguiente posteo es largo y grueso, su lectura puede resultar dura como la de Platero de un tirón. Combina opiniones retrospectivas con proporciones proactivas. Sin autobombo, creo que vale leerse y, como no voy a conectarme por 24 hs., podés dar rienda suelta a los comentarios sin moderación.
Del “Que se vayan todos” al “Que venga cualquiera”
Han pasado diez años de aquella nutrida protesta clasemediera, más que nada urbana y con algunas siervas golpeando cacerolas en nombre de sus patronas -si se me permite aplicar lenguaje prestado-, y se hizo mucho, pero no alcanza.
A los resultados de la Primera Vuelta en CABA y de las elecciones provinciales en Santa Fe me refiero. Ya dije que tuve un mix de sensaciones entre desconcierto, desesperanza, bronca y asco inclusive, aunque no viene al caso volver sobre lo sentido hace tres semanas y repetido anoche al pensar en los motivos y en la procedencia de esas expresiones en la urnas.
Evidentemente, esa gente que vota por Macri o por Torres Del Sel, esa gente a la que observa y apunta Durán Barba -el 70% según Sarlo, poco más, poco menos- , espera otra cosa diferente a la que le ofrece este modelo de inclusión y equidad, demanda otras cuestiones, sobre todo pretende otros estilos, aprecia otras características y no quise decir cualidades ni condiciones para evitar malas interpretaciones.
A esa gente hay que convencerla de otro modo. No de la manera tan "pro" con globos de colores, desideologización, difamaciones, crispación, obstaculizaciones, victimización. No. Tampoco corriendo límites hasta hacer pactos con Leviatán ni arriando banderas. Mucho menos suscribiendo a la moda noventista del consumismo de baratijas importadas. Pero, amigas y amigos, todas y todos: ¿puede dudarse que la clase media urbana sigue comprando empresarios sin compromiso por lo nacional y popular y que la clase menos media y menos urbana continúa choluleando famosos sin mirar más allá? ¿Hasta dónde correr los límites? ¿Hasta cuánto modificar estilos y formas para ofrecerle mercadería trucha para satisfacer a los compradores de lo fashion?
El “ciudadano de a pie” -como les llama el niño Mauricio desde su Landaulet de palito y medio verde- no se compromete, no milita, raramente coopera socialmente, exige un Estado a su medida y hay 40 millones de talles, se siente dueño de lo público así solamente pague los impuestos -en el mejor de los casos- para construirlo y llegue a destruirlo por descuido o intención, suele pensar más de acuerdo a lo que percibe en los medios que por lo que le ocurre a su tribu o a él mismo, vota siguiendo un patológico impulso de identificación con lo común que es cada quien y aparenta ser Torres Del Sel o con lo impune y privilegiado que sueña ser cada cual y demuestra ser Macri Blanco Villegas.
Ese voto vale uno como el tuyo o el mío, como el de Biolcati o el de Mempo Giardinelli, por nombrar a un chaqueño que resiste el archivo al pasar el tiempo.
La mayoría de tus vecinos y de los míos, considera a la política como una bolsa indivisa llena de políticos corruptos por tener el seso comido por los eternos beneficiados ante el descompromiso comunitario, la carencia de juicio argumentativo, la insuficiente militancia social o gremial. Y, de ahí, el título. Hace una década, abroquelados en plazas y avenidas como nunca antes, los de cacerola fácil echaban a la desprestigiada clase política, sin evaluar que la causa del desastre fue que el cómplice Menem y el sumiso De la Rúa habían cedido el manejo de la cosa pública a manos de los personeros del poder real -no del democrático partidario- y que, oh! casualidad, hoy son los socios financieros y mediáticos del PRO. Aunque esos “ciudadanos de a pie” no quieran darse cuenta, en su apatía se dejan llevar a cocollo por quienes sí hacen política, pero elaborando trenzas de holdings para sostener sus intereses de clase que ni siquiera se aproximan a las propias demandas y necesidades de gran parte de sus adeptos embelesados por cantos de sirenas o aturdidos por la estridencia del clarín.
El voto popular utilitario a la oligarquía osciló históricamente: tuvo pisos menores a un quinto y sólo se daba en los grandes centros urbanos y en reducidas zonas ganaderas, llegando a alcanzar techos en todo el país que resultaron suficientes para legitimarlos en el gobierno. Para colmo de males en el kirchnerismo gobernante, durante este lustro la inmensa mayoría de la población logró importantes conquistas sociales y un fuerte progreso económico y, gracias a tal novedoso apoderamiento, muchos ambicionan ingresar a la clase privilegiada aunque sea ilusoriamente y sin preguntarse las causas de su bienestar, lo que puede redondearse como una construcción favorable al enemigo.
Hoy, la conducta cívica de la mitad de los porteños y la tercera parte de los santafesinos, no dejan de alarmar.
Nuestro origen nacional cargado de enfrentamientos, claudicaciones, conspiraciones y entregas relatadas desde una historia oficial escrita por la Intelligentzia cipaya y repetida por los promotores de zonceras; el gorilismo reaccionario que desembocó, colaboró y trascendió a la Revolución Fusiladora; los antagonismos irresueltos y la posterior masacre de la dictadura cívico-militar con el descompromiso fomentado y la Teoría de los dos demonios mediante; y, la consecuente libanización de los ’90, dejaron improntas en el sentido colectivo que no son fáciles de pulirse o rellenarse, ni con una fresadora de alta potencia ni masillando cada tanto para tapar agujeros. Fueron décadas de gotas a presión horadando la piedra y restaurarlo lleva tiempo y esfuerzo continuado. De eso se trata y estamos en ese camino, con reveses y reversas pero vamos hacia adelante.
Es de manual que cuando el establishment ve a un gobierno que ejerce poder desde el Estado quitándole predominio para promover la equidad y la inclusión, tarde o temprano se opondrá a como dé lugar, sin medir gastos ni esfuerzos. Haciendo balance costo-beneficio y evaluándolos como inversiones hechas con sus pingües patrimonios espuriamente engordados desde la exterminadora colonización del siglo XIX o la explotación entreguista del XX. Ni los Hugos Biolcatis ni los Paolos Rocas ni los Magnettos van a quedarse mirándola pasar. Lanzaron a Cobos pero los decepcionó inmediatamente por quedarle grande el saco, probaron con Sanz y no cuajó en la gente ni con fórceps mediático, fueron por Macri y el timorato oportunista no tuvo agallas ni vocación. Ahora irán por cualquiera.
Se viene cargada con Táser, plomo y balines
Entramos en dos meses duros. Cuando en las Primarias de este 14 de agosto se defina la segunda fuerza, las prebendarias corporaciones estimularán la polarización con Cristina en octubre apuntando a tener chances de balotaje, ya sea con el bergogliano neoliberal filocastrense o con el genuflexo súbdito manipulable. Las patronales ruralistas, usureras y mediáticas, irán con cualquiera, ya sea con Duhalde o con Ricardito. Al que quede segundo en las PASO le entalcarán la cola intentando venderlo al ávido público consumidor como el único capaz de “derrotar a la tiranía KK y poner a la Argentina en el mundo para aprovechar el viento de cola”: proclamas insistentemente repicadas desde todos los frentes opositores con más sofismas y descabellados supuestos que fundamentos y datos vinculados a la realidad.
Ya desde la víspera, el discurso hegemónico instaló la idea de nacionalizar las elecciones provinciales y no lo hizo por ineptitud, al contrario, lo orquestó con total premeditación ante resultados anticipadamente adversos a los candidatos del oficialismo. ¿O algún alienado pudo haberse ilusionado con que CABA, Santa Fe y Córdoba fueran distritos con chances electorales para el kirchnerismo? Luego, no se dijo ni una palabra sobre la recuperación de apoyo respecto al voto agrario del post no positivismo. Toda una maniobra para operar linealmente sobre la percepción de esas mayorías lectoras de zócalos televisivos y titulares gráficos que no profundiza ni se cuestiona, que no digiere pero tampoco se atora, que no procesa ni tiene náuseas, que no asimila ni siente asco...
Hace semanas que la prensa corporativa ametralla con la derrota en CABA y en Santa Fe. Y falta la Segunda Vuelta porteña y la provincial de Córdoba. Es cierto, son tres distritos electorales que redondean la cuarta parte del Padrón Nacional, pero sin transferencia absoluta de votos a un mismo candidato.
Ese 47% de Macri probablemente se repartirá entre Duhalde, en menor medida CFK y quizás, Ricardito por el componente antiperonista capitalino que ni conoce a Silvana Giúdici.
El 39% de Bonfatti también se diluiría pero entre Binner, Alfonsinsito y Carrió, estimo que en ese orden. Y el 35% de Del Sel, se desparramará de modo semejante al caudal macrista.
Córdoba es diferente, hay tres fuerzas relativamente potentes y el voto al gorilísimo Aguad con el ruralista Roulet hace caja con un presidencial: el gorilísimo binomio neoliberal y ruralista de la UDeSo. Los votantes de Luis Juez mayormente irían con Binner. Y los de De la Sota, oh! casualidad, son de suponer con destino semejante a los adeptos de Macri y Del Sel aunque tal vez con mayor proporción “K” por la división del justicialismo provincial constreñido a apoyar el entramado piloso que los representa.
¡Basta de mirar para atrás! ¡Me tienen harto con la cifra dura!
Trataré de bosquejar un cuadro basado en porcentajes nacionales -con todo el margen de error que presupone- a efectos didácticos para mí y para ustedes, amigos y amigas que leen este posteo:
¿Qué podemos concluir hacia adelante con este escenario?
1. De boletos, pases y abonos
Por supuesto que las retenciones de los votos de cada fuerza provincial para su fórmula nacional así como las eventuales transferencias, son meras estimaciones factibles de error, pero está la cancha para ver los pingos. La situación descripta en el cuadro es una jugada en “cuatrifecta” a las cuatro yeguas que supongo llegarán en ese orden a la bajada de bandera. Y, no obstante saber que la cuestión resulta un tanto azarosa, personalmente no dudo en depositar algunos ahorros en la boletería, advirtiendo no haber sido para nada exageradamente optimista ni crédulo al examinar las potencialidades de cada racehorse o racemare, ni de sus cuidadores, padrinos y haras, de todas y de todos, argentinas y argentinos…
Si bien se consideraron las alianzas provinciales -que no son siempre idénticas a las nacionales y mucho menos con correlato directo- y la probable captura de adhesiones al oficialismo -desde una insoslayable perspectiva plebiscitaria- recién en tres semanas se correrá la clasificación. Estas PASO servirán para afinar la punta del lápiz esperando el Gran Premio, pero también teniendo presente que no serán más que eso: elecciones que gran parte de la gente ni sabe de qué se trata y ni siquiera están todavía enterados, por lo que es de esperar que no pocos las tomen como un ensayo no definitorio, apoyando casi aleatoriamente sin pensar demasiado en los próximos cuatro años, o dando oportunidad de participar a fuerzas minoritarias, si se sensibilizan ante el tosco llanto trosko, por ejemplo. El Carlos Pellegrini se disputará el 23 de octubre y, como paga bien o se pierde demasiado, ahí sí los apostadores se tomarán el tiempo necesario para evaluar desde todos los ángulos procesando la información que tengan disponible.
A colación de la información disponible, no redunda recalcar una turbia cuestión de abonos con nula repercusión de quienes comen clarines y vomitan dianas: el negocio espurio del gobernador Binner con AGL (Artes Gráficas del Litoral), comisionando en forma directa a una de las múltiples empresa del Grupo Clarín para la impresión de diez millones de boletas sin mediar llamado a licitación. Una consigna de la campaña del FPCyS santafesino fue “votar por los valores”… altos valores, de siete cifras, por cierto.
2. De yeguas, padrillos y matungos de cuadreras
Sobre el hipódromo de CABA -que no es sólo el de Palermo- ya se dijo demasiado. El haras oficialista mejoró la performance pero no satisfizo las expectativas de nadie, ni de cuidadores ni del público. Ni hablar de los sondeos de tribuna que no arrimaron la "combinada" ni a placé, lo que hasta pudo haber sido contraproducente suponiendo que cuando hay dos favoritos, los boletos pagan menos y muchos apuestan al caballo del comisario sin arriesgar los morlacos con los matungos tapados, como en las pueblerinas cuadreras. Veremos la Segunda Vuelta desde la platea con tickets picados, cuando las crías del infame Franco y del difamado Salomón corran sin pequeños ponys distractores, a suerte y verdad.
Respecto al estadio de Santa Fe -que no es el Jockey Club- también se hicieron incontables análisis. De lo que no puede dudarse es que a pesar de la fuerte retracción electoral, el socialismo despliega trabajo territorial. Algo que no se menciona en los multimedios corporativos es que el padrillo rosarino conocido como “el chivo”, mejoró notablemente los tiempos y las posiciones, pero sí dejan claro que terminó pagando el costo de viejas lesiones de cuadreras rurales y se vio afectado por la incursión en la pista de un tordillo que -aunque no lo manifiesten en imprentas y micrófonos- corrió pichicateado en connivencia con el hampa de la timba financiera y la manipulación mediática. Podrán elucubrarse decenas de conjeturas sobre la 125 y serán aceptables, pero es rotundamente diferente que un escudero haya sido el chaqueño Jorge Capitanich -contando con tres años para gobernar su Provincia concordando posiciones con la franja de pequeños y medianos agricultores sobre las ventajas comparativas que habrían tenido si se hubiesen aplicado las retenciones escalonadas con subsidios por flete y atendiendo sus necesidades- a que lo fuera también Agustín Rossi en la Cámara de Diputados de la Nación, cuya potente defensa a los proyectos del Poder Ejecutivo dejaron la marca en la cacerolera sociedad argentina y no tuvo oportunidades de reivindicarse con sus comprovincianos, por el simple hecho de que es oriundo de Vera pero vivió en Rosario desde su juventud, con el agregado que luego de sus concejalías -amerita decirse que fueron extra reutemarquía- partió al Palacio de Rivadavia y Entre Ríos en la Capital, lo que le impidió instalarse provincialmente.
Y lo que puede acontecer en el turf de Córdoba, es paradójicamente aún menos previsible que la antiperonista y pretendidamente autónoma Ciudad de Buenos Aires que suele ir a contramano del gobierno federal y del pueblo de la Nación. La docta y castrense provincia ostenta un arraigado gorilismo, aunque con coyuntural peronismo prácticamente episódico. Sin embargo, ni esa periódica irrupción del justicialismo cordobés fue aprovechada suficientemente por el oficialismo de la Casa Rosada que -entre marchas y contramarchas- no preparó a ninguna yegua con chances de competir y fracasó en la composición de apuestas, jugando todas las fichas a matungo prestado. Como era de prever, el entretejido jamelgo se creyó un corcel imbatible y amenaza con cortarse solo picando en punta para apadrinarse -posiblemente- por el veterinario del haras de Lomas, que se especializa en recuperar caballos quebrados.
3. De boletas, PASO y bonos
¿Qué decir de la notable performance hípica de la potranca María Eugenia Bielsa?
Exactamente 3 sufragios a diputados provinciales de Santa Fe por cada 2 del Chivo a gobernador, no son pocos. Ni dudar que Bielsa juntó de distintas canastas o, más apropiado decir, largó desde varias gateras. Ahora, ¿los votos a Torres Del Sel que no fueron al reutemista Nicotra admiten lecturas suspicaces? Hay cuestiones que prefiero dejar abiertas al criterio de los santafesinos que son quienes conviven allá y deben conocer mejor la situación, aunque que de cada cinco que votaron por el MiDaChi, tres no lo hayan hecho por el peronista aspirante a permanecer en la legislatura, asombra.
Respecto a las boletas de Santa Fe, vale decir que tras observar tan marcada dispersión debe inferirse que el Sistema de Boleta Única da mayor libertad al elector, ya que no tiene que andar portando tijeras si desea cortar sábanas. Y da mayor impunidad a los referentes con ascendencia popular, por cierto, al favorecerles la instrumentación de acuerdos conjuntos entre agrupaciones de diferentes fuerzas, puesto que resulta difícil advertir maniobras conspirativas durante la previa a los comicios: no puede tenerse evidencia de masiva entrega de boletas cortadas y, ni siquiera, ver los fragmentos eliminados en los cuartos oscuros. Y como da, quita, al hacer elegir entre candidatos de la misma categoría: mengua el potencial de caudillos locales y mete presión al trabajo sin depender del arrastre de votos que generan los líderes de instancias superiores, aunque también corta el aporte inverso de abajo hacia arriba.
No traigo la intención de montar sospechas sobre la legitimidad del apoyo a la postulada a diputada provincial, pero alzarse con más que la mitad de los votos del candidato a gobernador por el mismo frente político, también asombra. Resulta oportuno aclarar que María Eugenia mamó de la misma teta que su hermano, el excanciller Rafael Bielsa, no obstante tiene galope propio y alzada diferente lograda durante años de penetrar con acciones personales en el pueblo de Santa Fe.
Pero, ¡atención, compañeras y compañeros! El relevante hándicap obtenido en ambas cámaras puede resultar alentador para quienes estamos junto al modelo gobernante si se considera que Bielsa es Bielsa y es “K”, lo que viabiliza que Cristina Fernández de Kirchner también pueda juntar de diversas canastas en octubre.
Apuntando a las próximas elecciones internas PASO y a las nacionales de primavera, si la mayor parte de las boletas de Macri, Del Sel y De la Sota van a Duhalde en agosto, chau Hijo de Alfonsín. Y hasta al 20% de De Narváez que no lo cuente como propio, dado es probable que la mitad de los bonos vayan cortados también para el cabezón. Que Ricardito se olvide del segundo lugar en agosto y, entonces -polarización posterior mediante- que ni sueñe con octubre. Y hay que decirlo: se lo merece por doblarse primero y quebrarse después. Al caballo se lo conoce por el diente y este matungo berreta -en buena hora- ya mostró las pestilentes fauces.
4. De camuninas, fallos y fullerías
Hete aquí, compatriota o compatrioto, algunos reprobables errores de lectura en ciertos timberos inexpertos y en varios mañeros tahúres.
Uno, si Macri no se bajaba siguiendo el consejo de su pluriasesor Durán Barba, hoy contaría con apoyos importantes y seguramente sería segunda minoría nacional, si hasta lo está siendo su azabache parejero Duhalde, a pesar de no ser un alazán de ojos verdes ni contar con la ficticia imagen de la eficiencia empresarial.
Hoy, ya, en la Primera Vuelta presidencial, no en 2015. Y con mejores chances de juntar adeptos, que los dos que ahora se disputan clasificar para el Balotaje.
Otro fallo remanido, fue el del padre de los nietos de Alfonsín que demostró su falta de militancia, de compromiso, de participación y experiencia política, al haber elegido a la derecha conservadora y perdido la chance de construir alianzas que tengan afinidad ideológica con el radicalismo histórico, no el de De la Rúa pero tampoco el de Zavala Ortíz, aquel colaboracionista de la Revolución Fusiladora. Basta ver a la UDeSo en el Cuadro anterior, entrando cuarta y lejos en tres distritos que gobernó más de una vez.
El obsecuente Ricardito que prepotea gritando en los micrófonos y a la vez asiente sumisamente en los lobbies. El burro de trote dispar que mientras soba lastimosamente a Macri implorando algunos votitos en la CABA que le levanten el magro 2% que pagó su candidata -la achacada jaca Giúdici-, se cuelga del ajustadísimo triunfo de Binner ante otro caballo del PRO, el tordillo de ancas cortas.
El abuelo de los bisnietos de Alfonsín: postura patética quedando de garpe. Es recontra sabido que los consagrados en la provincia -
excepto los no pocos intendentes radicales elegidos- dejaron claro que en octubre irán con el FAP y no con la UDeSo del pingo de bases dislocadas ni con la CC de la rolliza y carrilera yegua vieja chaqueña:
Los socialistas santafesinos del FPCyS -con fuerte potencial en la inmensa Rosario- no olvidan que el ambivalente socio se mandó la fullería de arreglar con De Narváez ninguneando al radicalismo bonaerense y a Binner, Stolbizer, Juez, Solanas,… Amigas y amigos, esas fullerías se facturan y, más tarde o más temprano, se garpan.
Una artimaña pueril aunque hasta ahora exitosa -o, mejor dicho, pueriles fueron quienes se comieron la nacionalización maquinada subjetiva y parcializadamente de la elección en Santa Fe-, fue la de obviar que en las pasadas PASO -valga la redundancia- la primera fuerza fue, precisamente, el justicialismo sumando los apoyos recibidos por sus cuatro candidatos. Ergo: si de reojo se deduce que dos listas respetaron la consigna peronista que dicta: "el que gana conduce y el que pierde acompaña", puede justificarse el pronóstico del triple empate técnico en las nacionales de octubre, sin demasiado margen de fallos ni tanto temor al delirio. Se verá.
Otra descarado ardid que ya se lo cobra con zapping la ciudadanía sensata, fue el de las corporaciones multimediales que desestimaron aviesamente referirse al “mero detalle” de ambas cámaras provinciales con mayoría del Frente Santa Fe para Todos, o distorsionaron al afirmar a voz en cuello que el “K” fue solamente Rossi.
Es que el hábito de dirigirse a un público poco crítico y de censurar voces disonantes con su discurso, los lleva a publicar y repetir hasta el hartazgo absurdos inverosímiles y a vender gato por liebre o Chirolita por Chasman.
Y así como los MiDaChi llenaban y -tras la frustración electoral del reciente conocedor de necesidades- seguirán llenando salas con su estilo fundamentalmente burdo y denigrante, machista y misógino, homofóbico y racista, así mismo Torres Del Sel tuvo más que un tercio de votos: un fiel retrato de la sociedad santafesina y sus miedos ocultos tras el humor o la parodia que pretende serlo.
5. De banderas, banderines y banderilleros
Como ya se hizo muy lunga la cola para apostar en ventanilla y acabo de hurgar curiosamente un sitio cuyo análisis considero más que válido leer, enlazo acá a
“La columna de Rucio: Perdió el Chivo. Y punto.”, a modo de bienvenida por haberse sumado recientemente a hacer equilibrio desde esta fisura bloguera.
Amigas y amigos, compañeras y compañeros, insistamos con la proyección acumulada de los tres distritos adversos que el holding opositor despropositado pretende exhibir para crear sentido que el oficialismo es derrotable:
Y para redondear, volvamos al Cuadro:
Si esta sumatoria -para nada fantaseada- representa una derrota en tres tristes territorios corrientemente contrarios, podemos ir encargando un Cohiba, ¡señoras y señores!
Esa diferencia de 4 puntos del Padrón Nacional se recupera con creces en la Provincia de Buenos Aires, aunque los capitalinos “K” cuestionen a Scioli. Para remontar un 4%, sobran los distritos del Norte: Salta, Chaco, San Juan y otras no tan populosas provincias NEA-NOA entre las cuales -como mojando orejas de burro- puedo incluir a Formosa, porque los votos se suman de a uno, no obstante saber que la transversalidad “K” también objeta a Urtubey, Capitanich, Gioja y ni qué decir de Insfrán.
Las críticas suelen ser constructivas, pero no hay que pecar de ingenuidad: quienes sostienen al modelo en las urnas son los muchas veces neciamente acusados de “fachopejotismo”. Y que conste que hay una delgada línea ocre entre ese persistente descrédito a quienes revalidan una y otra vez sus gestiones mediante la decisión popular y sostener el concepto solanista sobre el voto de baja calidad.
Así que, hermanitas y hermanitos “K” de la progresía filoportuaria, pueden ir encendiendo el Cohiba, porque en octubre van a celebrar gracias a los votos que logran con fuerte apoyo popular quienes ustedes mismos impugnan y combaten. Psss…