La estrategia electoral del hijo de Alfonsín

Estaba solitario y distendidamente conectado a la net hasta que un tweet llamó mi atención:


¿Estrategia electoral viniendo del hijo de Alfonsín?, me pregunté un tanto incrédulo. O repite a algún político curtido o merece ser vista para evaluar si Ricardito tiene atisbos de creatividad o asimiló por ósmosis alguna experiencia paterna, me dije.

No me contuve: le di clic. Y enlacé con un sitio español para compartir mensajes de voz de manera gratuita en la net:
http://es.blaving.com/ricardoalfonsin#


Blaving, se llama. ¿Español pero “blaving”? Si es por blabber, debería ser “blablableros”, me contesté. Bah, no importa, son mis inocuas cavilaciones, me reproché, y me dispuse a escuchar el blabber (el cotorreo) del hijo de Alfonsín:


 
Y, para variar, “arnet” me acaba de dejar sin señal, así que iré imprimiendo las pantallas abiertas. Es que vivo en el interior del Interior -en el norte del País Profundo- y no tengo opción. No se puede creer que también en ISP (provisión de servicios de internet) haya monopolios todavía. Hay que profundizar el modelo. Espero que en los próximos 5 años se continúe avanzando en ese sentido.

...

Al regresar la señal de “arnet” -2 hs mediante- refresqué la página de Ricardito, el hijo de Alfonsín, y no había cambiado nada. Seguía con 0 (cero) respuestas y 0 (cero) comentarios. Lo que se dice, predicar en el desierto. Ah!, perdón, veo que tiene 53 seguidores. Me animo a redondear 40 varones entre ellos -y “blaving”, que no es argentino-, quedando 52 considerando las "instituciones" también incluidas.

La cuestión es que Ricardito se comunica en la web 2.0 y tenía, hasta la noche de hoy lunes 4 de abril, la llamativa cifra de 52 seguidores (tal lo aclarado, aunque no pienso perder más tiempo imprimiendo pantalla, formateando la imagen y subiéndola al post). Nada despreciable, por cierto, si consideramos que -como puede verse abajo- es su tercera intervención y que la inicial fue el 10 de marzo, apenas 26 días atrás, lo que implica exactamente la abrumadora cifra de 2 seguidores diarios.



Ahora bien, las internas abiertas y simultáneas están fijadas para el 14 de agosto (faltan 132 días) y las elecciones presidenciales, para el 23 de octubre (restan 202 días). Es decir, sumando los actuales, se proyectarían 316 y 456 seguidores, respectivamente.

Ya sé que ser un popular following no implica agenciarse simpatía ni apoyo. Yo sigo a muchos por curiosidad e interés en lo que puedan expresar en las redes, pero es inviable que los acompañe y, ni hablar, que los vote. También me sirve para conjeturar sobre el perfil de los usuarios de las cuentas y/o sus administradores. Por ejemplos: las aristas o lo que sean ahora Carrió y Pato Bullrich; los PROcom Federico Pinedo Jr. Jr. y Cristian Ritondo; los PROgregregres Vicky Donda y Roy Cortina; el "no positivo" Cleto Ditalco Cobos; los hipoiodistas Pablo Sirvén, Florencia Etcheves y Gaby Levinas; y algún otro cuarta columna (haciendo la salvedad que Cobos y Donda además fueron quintas columnas), bloquearon mis cuentas en los sitios web 2.0 censurando interacciones. Debo reconocer que ningún tuiterfeisbuquero de alta densidad sociopolítica me ha bloqueado y juro sobre la Constitución Provincial del Chubut que si bien puedo chicanear un poco, lo hago con pruebas y argumentos buscando interacciones a modo de crecimiento conjunto.

Y deduzco que no tiene demasiada relación matemática la cantidad de seguidores 2.0 con los guarismos electorales 1.0 ni dudo que, si bien la net favorece a la comunicación sin límites témporo-espaciales, esa globalizada difusión de que el invasor internacional Premio Nobel de la Paz Barack Obama se consagró en USA gracias a las redes sociales es una jodida propaganda Gateseliana.

Y supongo que si me comportara como un twitterforajido K -o como un stalinista débil pero persistente- habría sugerido que esa cantidad de adeptos es vergonzante y exhibe que, a pesar de la manija mediática, no los sigue ni Diógenes. Pero, convengamos que 52 followers para un pre-precandidato presidencial en semipleno ejercicio de la precandidatura no es una cifra portentosa ni como para andar ostentando.


Vayamos a la reflexión oral del hijo de Alfonsín.

Sobre el breve mensaje previo a su partida hacia Salta, donde apoya la postulación a gobernador del radical Diego Mariño -quinto cómodo (o séptimo, mamita...) en este domingo comicial-, no hay demasiado para decir, así que arranco con mi respuesta en Twitter, un retweet y mi primera conclusión en 30 caracteres:


En definitiva, si lo oíste, supongo que no percibiste nada más que un intento de marcar su cancha y embarrar la ajena.

Embarrar el campo contrario, al reflexionar: "En primer lugar, tengan muchísimas dudas respecto de las encuestas, la mayoría de ellas son encargadas por el oficialismo que pretende instalar un aire triunfalista. Por el otro lado, algunos las  reproducen con el propósito de instalar, también, en la sociedad, la idea de que para ganar hay que juntarse todos".

Verdad a medias, doblemente falsa. Cualquiera que preste atención a los medios de comunicación antagónicos con el gobierno nacional, puede notar que no saben cómo tergiversar los datos de las consultoras que pagan ellos: la oposición. Sin ir muy lejos, cuando el propio hijo de Alfonsín rubricó el reciente, ridículo y ficticio pacto para "cuidar la democracia", escuchó -si es que además no lo sostuvo- que "mientras tanto, el gobierno avanza contra todo y crece en las encuestas". ¿Se trata de manifestar o apoyar algo en reserva y lo contrario en público?

Y marcar el campo propio, ya que -antes de intentar una crítica hacia afuera, hacia al lado y hacia adentro-, reconoció que hay intereses en que se unan "todos los que piensan diferente", pero advirtió que: "Esto sería grave. No creo que una nueva "Unión Democrática" (la de Braden, hoy la corpoagrogarcamediática, para no inflar dando nombres) o una nueva Alianza (UCR, FrePaSo, PS, ARI, etc.) puedan ganar las elecciones, pero además, si pudiera hacerlo, después sería muy dificil gobernar".

Es claro que si se autodefinen "Frente progresista" -sumándose al conservador bastardeo del progresismo-, no queda otra inferencia posible que la exclusión del PROcom y el Peornismo. Pero entonces, de los seis pre-precandidatos presidenciales que firmaron ese absurdo documento, Ricardito aceptaría sólo a dos. A dos del mismo gajo, al que llamaban "tronco radical": Sanz, quien ideológicamente está más próximo de otro gajo (Unión PRO y Peronismo Federal); y Carrió, quien, a esta altura ya resulta indescifrable especular cerca de que horqueta anda. Aceptable actitud la del hijo de Raúl Ricardo, debo decirlo, podría ser peor.

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