Sugerencias para la "corpo agrogarcamediática"

Ya me referí a la manipulación que ciertos medios de comunicación ejercen sobre las noticias para distorsionar su divulgación, pero como noto que la codicia de la "corpo" se hunde diariamente en el pantano del descrédito colectivo, he decidido solidarizarme.
Soy un filántropo: no puedo reprimir la misericordia que me inspira la minúscula y decreciente talla de Jorgito Fuentevieja y la no tan diminuta, pero también menguante, estatura de sus secuaces del "Grupete Clarinete". Bah!, no sé, ando un poco inestable emocionalmente: así como paso sin escalas de rebatir las publicaciones de la prensa a darles una manito tirándoles letra para elevar su autoestima, también tengo sentimientos encontrados entre el altruismo y el engreimiento que procura elevar la calidad de los detractores, puesto que es tedioso, paralizante y hasta retardatario, que los antagonistas no tengan herramientas ni recursos creativos.

Para colmo de males, mi terapeuta está sumamente atareado tratando de rescatar a mi excomprovinciana -Naranjota Carrió- del pozo depresivo en que la sumerge el resentimiento que le provocan los logros colectivos mediante la gestión de quien viene humillándola intelectual y políticamente desde la Convencional Constituyente del '94.
Una pena, el tordo es bueno y, encima, acepta bonos Quebracho, LeCops y tickets canasta... ah, no, eso era hace una década. El tipo es un excelente profesional, pero está atareado con la ciclotimia y el delirio místico de la dueña del ARI que, por si fuera poco, acordó una alianza provincial con la UCR con vistas a las elecciones 2011. Mejor dicho, con la fracción radical que sigue a Satángel Rozas, quien también es atendido por mi analista, porque atraviesa una profunda crisis anímica, perturbado por el desfile a estrados judiciales de exfuncionarios de sus gestiones gubernamentales (1995-1999 y 1999-2003). El actual Presidente del Comité Nacional de la UCR debe temer que se desempolven las causas que lo atañen directamente: De todos modos no es para desvelarse, para eso cuenta con la cofradía de "su" Superior Tribunal de Justicia provincial.



Retomo, ya dije que ando disperso.

Los artículos periodísticos posteriores a la apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, fueron decadentes.

Me cuesta creer que las mismas fieras que otrora hicieron fortunas apoyando y boicoteando secuencialmente a los grupos político-económicos que les garantizaban la hegemonía comunicacional, ahora hayan perdido los dientes. Al escuchar a la excelentísima Señora Presidenta de la Nación Argentina, Doña Cristina Elisabet Fernández Wilhelm de Kirchner -para ellos, la yegua tirana-, saltan al oído elementos comunicacionales de simple adulteración para la prédica difamatoria, a saber.

Atención! Héctor Magnetto, Jorge Fontevecchia, Joaco Morales, Nelson Castro, Magdalena Ruiz, Van der Kooy, Grondona, Majul y demás diseñadores de información [¿Me fuí a la banquina con el intrascendente Luisito y el vetusto Mariano?]: Va a manera de Corega, pero a no malacostumbrarse.

No resultó atinado el título de "Perfil": "CFK dijo que todavía no es candidata y negó reforma de la constitución". El staff de Fuentevieja presenta serios conflictos con verbos, adverbios y adjetivos. La Presidenta se destaca -entre tantas reconocidas aptitudes- por el hábil manejo retórico. No negó ni confirmó nada respecto a la reforma. Tampoco fue preciso afirmar que "hasta puso en duda su postulación a la reelección presidencial en octubre de este año" ya que la duda estaba puesta, principalmente, sobre los ansiosos que demandan urgentes definiciones que les develen el objetivo a encañonar. Otra fallida inferencia, la de concluir que -con la frase de alta peluquería- Cristina "se burló de las explosivas declaraciones de la diputada Diana Conti". A lo sumo, la justificó agregando: "Creo que realmente lo que están tratando de hacer es campañas difamatorias, distractivas, utilizando -por ahí- una palabra de algún compañero o compañera que me quiere mucho o de otros que ahora me quieren un poquito más que antes", alerta para redoblar fichas evaluando el innegable aumento de apoyo popular al gobierno y lúcida para ironizar, pero ironizando respecto a quienes dan por hecho la reelección y usaron las expresiones para tirar un globo de ensayo que instale la reprochable imagen de búsqueda de perpetuidad en el poder, intentando sacar de la escena del interés colectivo a la gestión y el propio mensaje de la ocasión.

"La Nación" mostró enfoques diferenciados, dejando a la vista que adjetivan con mayor precisión. En la primera nota editada, se distinguen párrafos como: "Al inaugurar un nuevo período de sesiones ordinarias, el último de su actual mandato, la presidenta Cristina Kirchner desestimó hoy las versiones que dicen que buscará modificar la Constitución Nacional para lograr una eventual re reelección en 2015, e incluso mantuvo el misterio sobre su candidatura para los comicios presidenciales de octubre próximo". Nótense: actual, ya que hay alta certeza de que cumpla otro mandato; desestimó, pues descomprimió la coyuntura para volver a ubicar el eje de la cuestión en la gestión; mantuvo el misterio, porque, simplemente, ni negó ni confirmó.
El artículo sintetizó -con suficiente rigor y calidad- lo acontecido, lo cual, además de resultar grato -así sean buenas o malas noticias-, favorece la transferencia y eleva la posibilidad de construcción.
Al día siguiente, Diego Sehinkman publicó -en el mismo diario- "Triunfo para 'El discurso de la reina'": un derroche de sátira al peor estilo de Carlos Reymundo Roberts. Poco feliz estuvo la elección de la película del germánico tartamudo rebautizado Jorge VI al asumir el trono: nada más lejos de CFK que eso, pero es obvio que el criterio es usar el presente a como de lugar. La Presidenta no tiene medio glóbulo teutónico y la clara fluidez en el habla la destaca, aunque pueda haber algún vínculo en el temperamento de ambos soberanos...
Asimismo, en la sección "Economía", Laura Serra aportó una síntesis intitulada "La Presidenta retó a los gremios y fue ambigua con la reelección", donde no aludió a las pasadas circunstancias en que las movilizaciones sindicales no tuvieron motivos laborales ni salariales, sino que se convocaron como factor de presión a la Justicia.

Marcelo Helfgot, en "Clarín", también estuvo menos divorciado con la realidad que “Perfil”. Al menos, encopetó que Cristina "apuntó a enfriar el apuro de sectores oficialistas para instalarla en la carrera a la reelección en octubre. También le bajó el tono a la propuesta de grupos ultra K para una reforma constitucional que la habilite a un tercer mandato en 2015". Luego, claro, en el artículo se explayó con dimes, diretes y digestos.
En el mismo número del miércoles pudieron leerse conclusiones sobre la postulación en octubre, basadas en expresiones del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Y, el jueves, Mindez conjeturó respecto a la fecha y lugar del lanzamiento de campaña: "La Presidenta tiene planeado concurrir el 11 de marzo al Estadio de Huracán, donde La Corriente Nacional de la Militancia celebrará un nuevo aniversario de la victoria de Héctor Cámpora en 1973 y proclamará 'Cristina 2011'... Hasta el 25 de mayo hay más tiempo para dejar correr el agua y estirar los tiempos, como le gusta a los Kirchner. Además, la fecha patria coincide con el aniversario de la asunción de Néstor como Presidente, en 2003, y el Teatro Argentino de La Plata ya se convirtió en una cábala para los actos de lanzamiento de campaña de los Kirchner. Otra posibilidad sería el Chaco, donde Jorge Capitanich es una aliado de hierro... Hay, sin embargo, otros funcionarios que creen que la Presidenta no confirmará nada hasta el 25 de junio, fecha límite para la presentación de las listas. Eso sí, nadie duda de que será candidata".

Como diagnóstico, puede decirse que, salvo contadas excepciones, la escritura presentada por la "corpo" -según su particular lectura de los acontecimientos- consistió en ensayos sobre supuestos y sospechas, como jugando al adivina-adivinador y que no acataron al llamado de la Presidenta, cuando señaló que "ahora estamos en la etapa de construcción de certezas".


Para replantear, se transcribe la parte más replicada del discurso en el Congreso: "Tampoco va a pasar nada con esta agitación que hoy he visto en algún diario acerca de reformas constitucionales... Realmente, hay algunos titulares que hace algunos años me daban rabia: hoy, hoy dan risa... Entonces, si no he logrado una minoría simple para una norma que han tenido todos los presidentes argentinos como es el Presupuesto, ¿a quién se le ocurre lo de la reforma constitucional?... Además, ¿alguno me ha escuchado a mí, decir que voy a ir por la reelección en el 2011? Así que no se hagan los rulos".

Resulta que al final, la intérprete en lenguaje de señas Laura Astrada, lo tradujo en simultáneo como "no se hagan ilusiones" y los hipoacúsicos recibieron el mensaje correcto, ambiguo pero atinado: "No se hagan ilusiones". Juro que lo hizo mirando el sector de cámaras de ciertos canales.
Pero, gente grande y curtida, ¿qué es eso de caer en la trampa dialéctica de que Cristina quiere pero no puede reformar la constitución? Pecan de ingenuidad por cercarse del pensamiento único que los aturde con voz monocorde. Como sólo enfocan a la descalificación fácil, no miran el contexto ni, mucho menos, observan desde el lugar del otro -de los otros y de la otra, en este caso- perdiendo la perspectiva.
Cuando la Presidenta dijo que no ha podido lograr que le aprobaran el Presupuesto no significó que el oficialismo no dispondrá de mayoría suficiente para ello: describió la situación de diciembre pasado que seguirá, prácticamente sin alteraciones, hasta diciembre siguiente, pero nada aseguró para luego del 2012.

A veces, lamento la ausencia de ideas en la oposición política y el decadente discurso de la resistencia mediática. Sin pretender excederme en mis apreciaciones: Cristina Fernández merece controversias de mayor categoría y mejores contenidos. Es lamentable que no haya reciprocidad para promover debates dialécticos, doctrinarios y sistemáticos.

A esta altura del "primer" mandato presidencial de CFK, no tengo otra opción que exigir una oposición más madura, mejor formada, capaz de efectuar diagnósticos certeros y proponer medidas adecuadas. Hasta bajo el umbral de expectativas intelectuales y retóricas, pero es retardatario para todos que al arco opositor no se le caiga una flecha, una idea; y, que la cuerda sea de tergopor y se quiebre ante la menor tensión disgregando acciones ejecutivas o legislativas trascendentes. Peor aún, si el arco opositor es de fulbito y mide 100 metros: cualquier patadura lo emboca y, si encima D10S juega para el oficialismo, la goleada aburre a la hinchada y anquilosa a los jugadores.

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