CARRIÓculum Vitae II: Ab INITIO usque ad FINIS cum MEMORÁNDUM VARIABILIS CONSUETUDINE PROCEDERE DEBET

  CARRIÓculum Vitae II
Ab INITIO usque ad FINIS:
MEMORÁNDUM VARIABILIS CONSUETUDINE PROCEDERE DEBET

Del comienzo al fin: un breve recordatorio de sus consuetudinarias variaciones ideológicas, las cuales, a la vez, determinaron el inicio de su final. La Carrióculum es un perenne ocaso paradójico que nunca cesa de apagarse retroalimentándose de fuentes apenas fugaces y alternadas azarosamente.

Recontextualizando. En el ´95, Ángel Rozas había obtenido la gobernación del Chaco en segunda vuelta electoral en connivencia con diversas grises fuerzas políticas minoritarias; Elisa Carrió se había alzado con una banca en la legislatura nacional tras su paso por la Convención Constituyente; y, Carlos Menem había logrado la reelección presidencial luego de la reforma constitucional y el pacto de Olivos.
Para 1999, la debacle de Menem y la falta de apoyo a los candidatos de su partido a nivel nacional, sumadas al abuso del aparato estatal y publicitario que consumó Rozas, determinaron unos resultados sin precedentes en el Chaco:

A Gobernador y Vice (12/09/99)
Alianza Frente de Todos (Rozas - Pibernus)
63,4%
Unión para el Nuevo Chaco (Capitanich - Pértile)
35,9%

A Presidente y Vice (24/10/99)
Alianza Frente de Todos (De la Rúa - Álvarez)
54,7%
Concertación Just. para el Cambio (Duhalde - Ortega)
33,1%

A Diputados Nacionales (24/10/99)
Alianza Frente de Todos (Carrió - Geijo)
56,6%
Concertación Justicialista para el Cambio (Honcheruk)
32,2%

Carrió había sido una de las gestoras de la alianza entre la UCR y el FrePaSo de José Octavio Bordón y Chacho Álvarez, fórmula que había quedado segunda tras Menem y Ruckauf en la presidencial anterior, duplicando a la Unión Cívica Radical. Es oportuno recordar que la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, había tenido internas en las cuales Fernando de la Rúa se impuso a Graciela Fernández Meijide, quien no aceptó la candidatura a la vicepresidencia y cedió el lugar del Frente País Solidario a Carlos Álvarez para terminar derrotada en la Provincia de Buenos Aires.
Los códigos y las convicciones de Carrió son como el alcanfor: de fuerte tufillo, pero volátiles.
Una vez derrotado Duhalde y ya presidiendo la Comisión de Asuntos Constitucionales, suponiendo que el combate a la recesión haría pagar altos costos electorales, no demoró en despegarse. No le duró mucho el idilio aliancista y entre la elección y la asunción se retiró del bloque parlamentario, se alejó del bloque de la Alianza luego de refutar con su habitual rigor científico al conocido “Teorema de Baglini”. El entonces Diputado Nacional radical por Mendoza, Raúl Baglini, actualmente asesora al Vicepresidente insólitamente opositor: Julio César Cleto “Ditalco” Cobos. También vale recordar que en aquella oportunidad del fallo Ballesteros sobre la “parte ilegítima de la deuda externa”, no fue la clarinista prensa “in the pendiente” la que impulsó su tratamiento para dar prioridad a la deuda interna, ni fueron los movimientos trotskistas ni la izquierda revolucionaria ni el anarquismo telúrico los que ganaron la calle: fue la “fascista” CGT del “facho” Moyano.

La gestión de De la Rúa comenzó con una serie de parches financieros que, en lugar de zafar de la iniciada recesión por agotamiento de la ficticia convertibilidad, la acentuó medida tras medida, de las cuales se citan algunas: el tratamiento del Régimen de Equilibrio Fiscal a mediados del 2000; la aprobación de la antiproletaria Ley de Flexibilización Laboral o “Ley Banelco” -que derivó en la renuncia de Chacho Álvarez a la vicepresidencia- en octubre; en diciembre, el Ministro Machinea cumplió con el “Blindaje” requerido por el jerárquico FMI para negociar el multimillonario y usurario “Salvataje” financiero.
Con las leoninas privatizaciones que, no obstante, llevaron la deuda externa a u$s 150 mil millones, la falsa y especuladora convertibilidad y el elevado déficit fiscal de Menem-Cavallo y la recesión y los ajustes de De la Rúa-Machinea, era de manual oponerse. Ese lustro final del Siglo XX debería haber dejado enseñanzas superadoras: a los dirigentes, a los intelectuales, a los informadores, a la gente, a todos. Fueron tiempos en que la mayoría iba al parque a pegarle al muñeco, entrando de colados. Muchos se quedarán cómodos en ese lugar aunque la kermés no tardaría en cerrar sus puertas.
Entre su cumpleaños número 44 y el día de los inocentes del 2000, ya formado el bloque disidente, “Lilita” -ahora ya “Lila”, con varios kilogramos de sobrepeso- fundó Argentinos por una República de Iguales. Nombre complicado el de los ARI, si los hay. En realidad, la denominación es versátil -tan versátil como su fundadora e indisputable líder- y sería argumentada al tiempo, al decir que su “movimiento tiene la matriz republicana que lo acerca al liberalismo y la igualdad distributiva de la centro-izquierda”. Son conocidas diversas posiciones poco republicanas e irrespetuosas de la división de poderes acometedoras contra la gobernabilidad tomadas por Carrió, así como otras tantas opuestas a la redistribución del ingreso que se van citando oportunamente.

A los anuncios de Machinea, le siguió su renuncia. De inmediato, sobrevinieron las desesperadas dos semanas de enero con López Murphy -el aprendiz de bombero- aplicando mayores recortes de “gasto”, para retirarse dejando la economía al funcionario procesista y ministro menemista que había obtenido el 10% de los votos en la elección presidencial. Cavallo: el regreso; regreso si  es que se hubo retirado alguna vez en un cuarto de siglo. El cordobés impulsó el “Megacanje” y la Ley de “Déficit Cero” en julio. Carrió se negó al proyecto de reducción de sueldos y premios a los legisladores, alegando que la iniciativa se enmarcaba en la hipocresía de quienes se enriquecen infinitamente: otro anuncio de efecto mediático para desacreditar a todos sin distinciones ni argumentos. En agosto, el salvavidas de plomo de la “Intangibilidad de los depósitos” y, en simultáneo, el Decreto de las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (LeCOP): había que volver a pasar el invierno.
Por supuesto que la totalidad de los distritos suscribieron al fondo fiduciario del Banco de la Nación, ya que eran cooptados como Copartipación Federal y recaudación impositiva. Muchos estados, además, emitieron letras provinciales. En el Chaco, los bonos “quebracho” enriquecieron a más de un amigo del poder rozista, ya que las financieras privadas los compraban a menos del 70% para cambiarlos, al tiempo, a mayor valor nominal que el peso.
Carrió desertó de su domicilio chaqueño y lo fijó en la Ciudad de Buenos Aires desde donde, a mediados de marzo, lanzó la Alianza para una República de Iguales desde el coliseo “Coliseo”, conservando las siglas del bloque devenido en opositor. La dorada cismática no quiso pelearla desde adentro y, agitada en la orilla, tiró bombas para incendiar al barco del que acababa de saltar, haciendo lo que estaba a su alcance para que no llegara a buen puerto. Para que no llegara a ningún puerto.

En las parlamentarias de octubre -las del promocionado voto nulo o en blanco- la ARI presentó candidatos propios y colocó 8 diputados en la Cámara Baja, de los cuales sólo 2 seguirían adhiriendo a esa alianza ante la pérfida metodología de destrucción política.
Otra apostilla: múltiples agrupaciones sociales y políticas propiciaban la consigna del “que se vayan todos”, incentivando al “voto impugnado”. Dirigentes arrebatados y periodistas repetidores sin la menor idea de códigos electorales, ya que lo que se impugna es la identidad del elector y eso ni siquiera garantiza que el escrutinio definitivo anule su voto. Es decir, ¿promocionaban que la gente destruyera su documento o quitara la foto o se los canjearan en las colas de los comicios? Otro “delilirio” que impulsaba la especialista en Derecho Constitucional y Político antes de lanzarse a la compulsa electoral; divagación a la que suscribieron muchos oscuros personajes, demasiados.

En noviembre de 2001: casi 20% de desocupación y subocupación, la deuda pública que no disminuía a pesar de los recortes hasta para salarios y jubilaciones, la recesión industrial que perforaba los 20 puntos negativos con abruptas caídas en los depósitos por las corridas bancarias y demás asfixiantes ajustes, profundizaron la crisis acentuando el tenor de la protesta social y produciendo serios conflictos políticos que jaquearon al gobierno de De la Rúa. Para evitar la salida de fondos y el colapso del sistema bancario, el 3 de diciembre, Cavallo decretó el “corralito” justificándolo absurdamente en la necesidad de “bancarizar a la población” para evitar la evasión y los robos callejeros. La iliquidez -con todavía más marcada disminución de consumo- terminó ahogando a la economía, sobre todo la economía doméstica de los trabajadores jornalizados e informales que necesitan cobrar a diario para su subsistencia. En vísperas de celebraciones de fin de año y vacaciones, la clase media urbana -la propia base electoral del radicalismo- salió a la calle al ritmo de cacerolazos entonando el discurso golpista de la anti-política. Carrió no demoró en licitar cacerolas “Essen Disegno” con mango de baquelita y cucharones “Okko”, para montar -desde su departamento y diversos canales de televisión- una empresa de alquileres de menaje a patéticos personajes -como Nito Artaza, el bufón hijo de terratenientes correntinos- a subirse al tren del compromiso con las ollas -exclusivamente de las suyas, claro- y del “que se vayan todos” -aunque ellos no se fueron-. Es decir, “Lila” -quien había sido funcionaria judicial anticonstitucional simultáneamente que profesora de Derecho Constitucional- pasaba de Convencional Constituyente a Diputada Destituyente, sin reparos.
Ni las calles ardiendo ni los paupérrimos resultados del oficialismo en las legislativas de mitad de mandato con el “voto bronca” convertido en segunda fuerza política por debajo del PJ -con la suma de votos deliberadamente nulos y en blanco, superando el 25%- lograron que De la Rúa cejara un ápice de su conservadurismo para dejar de sostener a su ortodoxo gabinete enfrentado a casi toda la sociedad y al ala progresista de los acuerdos frentistas que habían dado origen a la Alianza. Ni siquiera el ofrecimiento de apoyo que le dieron innúmeras fuerzas políticas y sociales si cambiaba el rumbo y desistía del escrachado Cavallo logró que el debilitado presidente rectificara su desastrosa gestión. Y la des-gestión delarruinista llegó a su fin, mediando la dura represión a las clases populares: el asesinato de tres decenas de pobres movilizados por necesidad, ante el caos promovido por los ofuscados sectores medios que sintieron amenazada su capacidad de consumo.
Al helicóptero que raudamente tomó De la Rúa para abandonar la Casa Rosada tras la pueblada del 20 y 21 de diciembre, le siguió una también rauda sucesión de presidentes. Dos días del misionero Ramón Puerta -Presidente Provisional del Senado- y el navideño “default” decretado por Adolfo Rodríguez Saá, Gobernador de San Luis designado presidente por la Asamblea Legislativa. Al trascender que el puntano pretendía permanecer dos años -hasta el fin del mandato interrumpido- sin convocar a elecciones para marzo tal lo previsto, muchos gobernadores socavaron el apoyo y lo coaccionaron a renunciar.
    Como la Cámara Alta se hallaba acéfala ante la renuncia de Puerta, el país recibió el año nuevo con Eduardo Caamaño -Presidente de la Cámara de Diputados- a cargo del PEN, quien convocó nuevamente a la Asamblea Legislativa la cual, el 2 de enero de 2002, designó presidente al recientemente electo senador Eduardo Duhalde por aplicación de la Ley de Acefalía: una ironía nominal, que el perdidoso candidato de cráneo prominente asuma por falta de cabeza. Luego, la devaluación y el despido de la convertibilidad junto al “corralón” con pesificación forzada de los depósitos bancarios y la promesa de que “quien depositó dólares, recibirá dólares”. La cruenta masacre del Puente Pueyrredón en junio, indujo anticipar para abril a las elecciones programadas para octubre del 2003 y este adelantamiento sirvió de pretexto para evitar las internas -que probablemente habrían consagrado a Carlos Menem- y permitir la participación de varios candidatos que podían usar los símbolos partidarios comunes.
     Para fin de año, Duhalde declaró: “No voy a ser candidato a nada”, y prometió retirarse de la política partidaria dejando a un sucesor para las presidenciales. Ningún referente de su bastión bonaerense ni el gélido eterno segundo santafesino ni el fino entretejido cordobés ni ningún otro gobernador se prestó a la bendición del “aparato pejotista”, porque se supone que temieron el desafío de enfrentar a Menem.

La campaña electoral estuvo condicionada por la crisis que, aun con leves signos de rehabilitación económica por la suspensión del pago de capitales e intereses de la deuda externa, marcaba un 54% de la población por debajo de la línea de pobreza y su mitad en situación de indigencia. Estos atisbos de recuperación de los niveles de ingresos bastaron para que los “ahorristas” volvieran a sus casas con las cacerolas tan abolladas como sus conciencias para fascinarse, al poco tiempo, con los mismos que habían echado, siempre sintiendo desprecio por los pobres y resistiendo cualquier iniciativa de redistribución.

Y así resultó que el gobernador de Santa Cruz se puso el overall -mejor dicho, el pingüinesco frac-, para quedar segundo en aquella suerte de internas abiertas que deberían resolverse en Segunda Vuelta y cuyos guarismos no redundan recordarse:
Frente por la Lealtad (Menem - Romero): 24,4%
Frente para la Victoria  (Kirchner - Scioli): 22,2%
Recrear  ( López Murphy  -  Gómez Diez ): 16,4%
Mov. Pop. U. y L. (Adolfo R. Saá  -  Posse): 14,1%
Afirm. Rep. Igualitaria (Carrió-Gutiérrez): 14,0%
Unión  Cívica  Radical  (Moreau  -  Losada): 2,3%
En síntesis, los tres postulantes del justicialismo superaron el 60% contra el 33% obtenido al sumar a los tres provenientes del radicalismo, ya sea desde adentro o en diáspora: El “bull dog” López Murphy fue cómodo tercero con más votos de la derecha que de lo que quedaba del genuino yrigoyenismo. “Lila” Carrió quedó quinta en las preferencias de la gente, pero eso no menguó sus ansias de erigirse en la mesiánica institutriz del pueblo. El candidato que usó el sello de la UCR fue superado hasta por la sumatoria de votos en blanco y nulos, cristalizando la peor elección histórica del más que centenario partido. No era para menos: además de cargar con el rotundo fracaso del gobierno de De la Rúa, Leopoldo Moreau había conseguido imponerse a Rodolfo Terragno en internas fraudulentas cuyo máximo exponente se produjo en el Chaco de Ángel Rozas -donde hasta las urnas cinerarias se presentaron ante las urnas electorales- con un inaudito 97 a 3 y una todavía más inverosímil concurrencia del 30% de votantes a una interna abierta. “Cosas veredes, Sancho, que non crederes”.

      A río revuelto, ganancia de pescadores. Del pingüino puede decirse cualquier cosa, menos que no sabe sobrevivir pescando.
Carlos Menem, “Almorzando con Mirtha Legrand” a días de la eventual Segunda Vuelta electoral, recurrió a mostrarse como garante de la gobernabilidad, conjurando a su peor enemigo para el balotaje: él mismo, o sea, el cada vez mayor antimenemismo de la ciudadanía. Criticó -tarde- la maniobra del PJ que eludió las internas y, con el consentimiento de la anfitriona, manifestó furia contra Elisa Carrió -también tarde- por haberlo demonizado. En realidad, no es para sorprenderse, la “arista” padece obsesión por revolear anchos cancanes con excretas, tenga argumentos o carezca de ellos, y ya le llegaría el turno al patagónico. Y a quien fuera.

Por entonces, Kirchner -a quien en campaña lo tildaban de marioneta de Duhalde- ya había establecido vínculos con los presidentes de la región para fortalecer al MerCoSur y manifestado que no renegaba de las convicciones del pasado, como dando señales de representar al ala progresista de centroizquierda con autonomía de las tradicionales estructuras pejotistas, mientras muchos decían que era parte de una táctica meramente electoral para contraponer a su rival, quien no dejaba dudas de adherir al capitalismo privatista más acentuado.
No obstante, diversos partidos de izquierda que habían participado en la Primera Vuelta, estaban convencidos de que ninguna de las opciones les garantizaba un rápido enfrentamiento a la crisis y suponían que cualquiera de ellos pactaría perentoriamente con Washington y el FMI. Ese universo político -marcadamente antimenemista- tampoco apoyaría a Kirchner, dejando entrever su desconfianza al evaluar las gobernaciones del santacruceño y su alianza con Duhalde, a quien veían como continuador de los ‘90, con perfil más bajo aunque más siniestro. Entre el Partido Humanista, Autodeterminación y Libertad, el Partido Comunista Revolucionario, Patria Libre y pequeñas fracciones dispersas del socialismo, habían sumado -entre votos válidos y estimaciones de votos en blanco inducidos- algo más del 5%. La cuestión era ver hasta qué punto sus simpatizantes acatarían el “votoblanquismo” en el balotaje, pero lo que no puede dudarse es que de votar por alguna de las fórmulas, aun con reparos, lo harían por Kirchner-Scioli. También frunciendo la nariz, las tres agrupaciones de extracción radical, por acción u omisión -dando albedrío o manifestando intenciones- exhibían mucho más apoyo al Frente para la Victoria. Esta fuerza contaba, además, con el apoyo de la CTA y de ambas CGT -la oficialista de Daer y la de Moyano, que había apoyado a Rodríguez Saá pero renegó del acuerdo con el riojano. Todas las encuestas y consultas de opinión pronosticaban un 70 a 30% a favor del santacruceño.
El resto es archiconocido: el 14 de mayo, a cuatro días del balotaje y desde La Rioja, Menem anunció retirar la fórmula, sabiendo irremontable la derrota y evaluando que restaría legitimación popular al santacruceño, forzándolo a asumir con un exiguo 22%, convirtiéndolo no en el Presidente que asumió con menos votos (Illía obtuvo el 21% en 1963) pero sí en el que alcanzó el sillón de quién sabe quien* con más porcentaje de desocupación que de apoyo electoral. Kirchner no demoró en contestar desde Buenos Aires que el riojano había mostrado "su último rostro, el de la cobardía; y su último gesto, el de la huida".
*La unitaria historia mitrista asigna el sillón presidencial a Rivadavia, pero había sido Saavedra la autoridad del primer gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata libres de la corona, y, luego, el Director Pueyrredón, con la nación proclamada independiente; y fue Rosas el gobernador de la Confederación Argentina y Urquiza, el primer presidente constitucional de la Nación Argentina; Yrigoyen, quien asumió con voto universal y no sólo de los “notables”; y Juan Perón, quien fue elegido, además, con participación de las mujeres de la República Argentina. Y hay más, pero si se pudiese optar entre los eventuales dueños del sillón presidencial, personalmente no se lo dejaría a Rivadavia. Es decir, a don Bernardino de Famatina no lo dejaría a cargo de nada que me perteneciera de algún modo ni le compraría un carruaje usado.

Esta sucinta reseña también se vincula con la biograficada, ya que mientras acontecía, “Lila” se hallaba viajando en auto y con radio apagada a Córdoba para descansar de la campaña antes de ir al Chaco, donde todavía votaba. Al desayunarse de las novedades en Rosario, donde su jefe de prensa le alcanzó desgrabaciones de las últimas declaraciones, se llamó a silencio y le ordenó cancelar todas las citas mediáticas. Quizás, por fidelidad a su metodología destructiva y su ególatra tendencia a despegarse del resto para así poder calificarlo inescrupulosamente de impuro, antes dejó claro que su opción por apoyar “al candidato oficialista, se realizó con reservas morales, solamente para terminar con el pasado y el régimen”, porque son “un partido de oposición”. Como si fuera necesario aclararlo. Como si fuese viable que ocasionalmente presidiera la nación. Como si fuera posible que alguna vez apoyase a quien la gobierna.


VIENE DE:

Continua en:
  CARRIÓculum Vitae I

  CARRIÓculum Vitae III

VADEMÉCUM LILUS DEMENTIA COTIDIANUM et
CONIECTURALEM ARTEM MENDAX PROBAT

EN SUSPENSO: CUANDO
CARRIÓ EXISTA, SIGO

CARRIÓculum Vitae I: INDEX in PARTIBUS - GENUS PROEMIUM - CURRÍCULUM VITAE ABSCONDITUS autem EXPÓSITUM

   CARRIÓculum Vitae
Relata refero ad honores autem bene placitum

ÍNDEX in PARTIBUS

I - GENUS PROEMIUM et CUrrÍculum VItae ABSCONDITUS autem EXPÓSITUM
II – Ab INITIO usque ad FINIS cum MEMORÁNDUM VARIABILIS CONSUETUDINE PROCEDERE DEBET
III - Vademécum Lilus dementia cotidianum et CONIECTURALEM ARTEM MENDAX PROBAT
  IV – PUTATIBUS et PONENDAS BURRA COMPROBABIT et A posteriori AD ACTA cum auguratus
  V - LIBRI et UEB cum SUSTINE IUVANTE


GENUS PROEMIUM

      La Carrióculum (carrera de Carrió) semeja un “All terrain Rally” -eludiendo el chiste fácil de la “Fórmula Truck”- y es pertinente plantearla en etapas. Por extensa e intrincada, amerita que se describan los aspectos evaluados como más relevantes y curiosos de manera amena y accesible para todos: para aquellos que abundan o carecen por completo de información y para quienes la tienen parcialmente porque recurren a medios de comunicación estrictamente opositores o exclusivamente oficialistas. No parece tarea fácil. Estimo que además da para largo, ya que es inevitable referir a cada situación articulando con el contexto, por lo que recomiendo leer también en fases o, simplemente, descartar la nota y ponerse a laburar.
El copete no es contradictorio: no tengo retribuciones ni se me ha designado biógrafo de la “arista”, pero me expreso a gusto, aunque desafiado y cavilando: ¿Tiene sentido referir a Carrió? ¿Es conducente o sólo implica darle relevancia injustificada? ¿Es derrochar tiempo y energías aportando a que recupere la entidad merecidamente perdida? Al menos, ¿me estimulará lo suficiente como para intentar una síntesis de su trayectoria? Además me planteo, reconociendo limitado expertise en salud mental: ¿Podré, aunque más no sea, concluir si su acción es estratégica o meramente delirante? ¿Su continua contradicción me aportará herramientas aptas para abordar metódicamente tal sarta de desatinos?
Entonces, me armé de estoicismo y tomé la determinación de continuar, infiriendo: “si ya he reformulado una nota de opinión de uno de los voceros de la derecha más retrógrada que hace agua a diario con sus recalcitrantes análisis como Mariano Grondona en ‘La Nación’, y, si luego repliqué otra columna de un irrespetuoso mequetrefe británico-hispano-argentino compartida con un cipayo psicoanalista porteño en ‘El País’ de España, ¿por qué privarme del placer catártico que presupone reseñar las desequilibradas acciones de esta sistemáticamente ilógica cabecilla de una cofradía a su medida que estimula risas y espanto?” Asumo que, asociando ideas, acabo de pensar en Susana Giménez. Y, a propósito, agregué a la lista de probables referentes de siguientes epítomes a Joaquín Morales Solá -el escriba del Operativo Independencia- y a otros personajes, pero no me comprometo. Dudo que el gusto por el ejercicio de analizar posturas metafísicas tan alejadas a las mías y a las de mi tribu, llegue a tanto. Es más, reconozco que hasta me inspira cierta culpa hacerlo como si abusara de un insano, aún sabiéndolo nocivo.

   CARRIÓculum Vitae I

CUrrÍculum VItae ABSCONDITUS autem EXPÓSITUM
1956 - 1995

Si se trata de trayectoria, nada más pertinente que arrancar exponiendo el embozado punto de partida de su función pública. A modo de introducción, se hace un recuento de sus primeros años, digamos hasta el '95.

Elisa María Avelina Carrió, hija de Rolando “Coco” Carrió y María Elisa “Lela” Rodríguez, fue registrada civilmente en Resistencia (Chaco) como nacida el 26 de diciembre de 1956. A la beba la anotaron agregando Avelina a los nombres de su madre, y como al redoble de nombres le siguió el de los apodos, la familia empezó a llamarla “Lilita”.
Una apostilla para contextualizar conductas clasistas de unos y otros, es hacer hincapié en lo que pasado más de medio siglo -con tono a veces indulgente y otras, áspero- relatan viejos pobladores de Quitilipi: los Carrió -“Coco”, su hermano “Yayo” y su hermana “Chichín”- se casaron con tres Rodríguez, otra familia creyente y acomodada del pueblito del interior chaqueño que por los ’50 apenas superaba los 4.000 habitantes.
Otra apostilla es que, sin ser John Billings ni Robert Edwards, puede inferirse que Elisa María fue gestada entre abril y junio del ’56, a meses del Golpe de la Revolución Fusiladora y ya con Lonardi desplazado por Aramburu y Rojas. Suponiendo que “Coco” y “Lela” planificaron el embarazo, puede conjeturarse que vislumbraban un cómodo futuro inmediato. O que no hubieron considerado la situación para definir su proyecto familiar. Es casi imposible saberlo, ya que “Coco” tenía fama de bohemio, mundano e irresponsable, y “Lela”, de disciplinada, tenaz y controladora. Estas diferencias resultaron determinantes durante la niñez de Elisa, tal que un “psi” marcaría ahí el origen del “doble discurso”. Ahora bien, lo concreto es que la preñez ocurrió entre la derogación de la Constitución Nacional del ’49 (para facilitar la entrega al capitalismo internacional de los servicios públicos y las riquezas naturales) y la “Operación Masacre” (los fusilamientos de catorce civiles y dieciocho militares fieles a Perón y a la democracia). Y queda el perjuicio de la duda: ¿Azar, deseo o planificación?

Es más que un rumor de barrio que cuando “Lilita” terminaba la escuela primaria, la madre la había sometido a una estricta dieta para adelgazar y, entonces, la gordita pactó hacerle las tareas al hermano con tal de que este le consiguiera comida a hurtadillas. Lo que se dice un acuerdo justo, pero que adelantaba la caprichosa capacidad de adaptarse a escenarios desfavorables aunque le resultara perjudicial; aunque fuese autodestructivo. Pasaron los años y Elisa se casó en primeras nupcias a los 16 para divorciarse al año siguiente, debiendo dejar a su hijo a cargo de los abuelos con el objetivo de encarar la carrera de abogacía en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UNNE (Universidad Nacional del Nordeste), ubicada en Corrientes capital.
Próxima a graduarse, empezó a trabajar con 21 años recién cumplidos. El 7 de febrero de 1978, el coronel recién ascendido a general de brigada Antonio Facundo Serrano -quien era Interventor Federal del Chaco durante el Proceso de la Junta Militar de Videla, Massera y Agosti- la nombró Asesora de la Fiscalía de Estado por Decreto Provincial Nº 72. Esto no aparece en ningún Currículum presentado por la abogada, pero sí que fue Secretaria de la Procuración del Superior Tribunal de Justicia de esa Provincia con jerarquía de Juez de Cámara













   
    Al respecto, hacia fines de los '90, Carrió intentó una justificación mediática, admitiendo haber aceptado esa función "porque necesitaba la obra social… Si no hubiera aceptado esa tarea en la justicia chaqueña, hoy no estaría viva", dijo la ‘patricia chaqueña’ aduciendo que un grupo de amigos se habían muerto en un accidente viajando en días laborables, para el estupor general. A veces se acepta sin solicitar ni esperar, y otras, se acepta lo que se pide, o menos, o más. Pero en definitiva, aceptar significa recibir voluntariamente con aprobación y conformidad.
Sus legajos tampoco aclaran que la designaron el 21 de agosto de 1980 por Resolución Nº 522 del STJCh, ni que -con 25 años de edad y poco más de 4 en la carrera judicial- fue súbitamente ascendida el 25 de octubre de 1982, pese a que diversos jueces objetaron que la arbitrariamente designada disponía de escasa experiencia jurídica y que no se respetaba el escalafón ni se convocaba a concurso para tal subrepticia promoción.
Su escalada final se produjo post-Malvinas. Ya sesionaba la Multipartidaria y la reapertura democrática era prácticamente ineludible. Su padre, ‘Coco’ Carrió, era uno de los precursores del Movimiento de Renovación y Cambio de Raúl Alfonsín en el Chaco. El PEN era manejado por Bignone y la provincia estaba en manos del coronel José Alberto David Ruiz Palacios, quien se desempeñaba desde que Viola había tomado el poder en marzo de 1981.

Otra apostilla es considerar que desde el nacimiento de Elisa hasta sus 28 años, el país sólo tuvo la tercera parte en democracia: democracia coercida por las proscripciones e interrumpida por los golpes de Estado. No obstante, su familia disponía de fuertes vínculos cuando no cualquiera gozaba de buenas relaciones con las autoridades de entonces, y por su ‘delilirio’ no se cansa de repetirlo ante cámaras y micrófonos que es de familia ‘patricia’, negando que los Martínez de Hoz, los Peralta Ramos y tanta rancia estirpe de Patricios, recibieron hectáreas y prebendas de los déspotas a cambio de sangre y complicidad.

Había que pertenecer. Y la familia Carrió pertenecía al séquito de amigos del régimen.
Su tío abuelo, Francisco J. ‘Paco’ Carrió, había sido Comisionado Municipal de Resistencia en 1945, cuando el Chaco aún era Territorio Nacional y los ciudadanos no elegían a sus autoridades.
Su tío postizo y padrino, el Tte. Cnel. Héctor R. Ormaechea, lo había sido en 1968 y 1971, impuesto por los Interventores Federales Miguel Ángel Basail y Roberto Oscar Mazza durante los gobiernos de facto de Onganía, Levingston y Lanusse.

En los ’70, Ormaechea ejercía funciones jerárquicas en el Grupo de Artillería 7 con asiento en “La Liguria”, el cual, desde el Gran Resistencia oficiaba de base de operaciones para las acciones represivas en toda la provincia. El tío y el padre de Elisa eran concesionarios de una estación de servicio a la vera de la Ruta Nacional Nº 16 que proveía insumos y combustible al Ejército en aquellos años. Los quitilipenses memoriosos cuentan que “Yayo” se encargaba de los negocios mientras que “Coco” le escapaba al trabajo como perro al “chasqui bum” y recuerdan su asombro cuando veían desfilar a las Unimogs y los Falcon verdes por fosas y surtidores de la YPF de los Carrió.
    El Destacamento 124 de Resistencia reportaba al Batallón 601 de Inteligencia que funcionaba en el edificio de Callao y Viamonte de la entonces Capital Federal, dependiente de la Jefatura II de la Comandancia del Ejército. Este Batallón sistematizaba las unidades de todo el país para tareas de inteligencia sobre grupos o personas consideradas subversivas, reclutando informantes civiles entre los familiares del personal militar o avalados por otros agentes, para la infiltración, seguimiento, secuestro, tortura y muchas veces, la desaparición final de los cuerpos. Entre el personal civil del Destacamento 124 -la SIDE de Brown al 100 de Resistencia- se encontraba su primastro Alberto Ormaechea, catalogado como Agente de Reunión en la nómina desclasificada recientemente por el Ejército a solicitud de la Justicia Federal.
 
Su madre, María Elisa Rodríguez de Carrió, fue Subsecretaria de Educación del Chaco desde el 7 de diciembre de 1978.
Además de la relación familiar-comercial con el Tte. Cnel. Ormaechea, era un secreto a voces que la Profesora “Lela” mantenía vínculos sentimentales con el coronel Oscar Zucconi, nada menos que Interventor Federal durante el mes siguiente al golpe de Estado y luego Ministro de Gobierno de Serrano. ¿Vale excusar suponiendo que, más que afinidad ideológica, existía afinidad en las sábanas para acomodarse con el régimen?

La Masacre de Margarita Belén se había perpetrado la madrugada del 13 de diciembre de 1976, a catorce meses del primer nombramiento de “Lilita” y dos años antes que la asunción de “Lela”. “Desaparecidos”, pero ni siquiera descompuestos, estaban entonces los cadáveres de los 22 militantes secuestrados, torturados y ejecutados en aquel “procedimiento” conjunto del Ejército Argentino, la Policía provincial y la SIDE. La prensa local y nacional comunicó que se había tratado de “un enfrentamiento con una banda de subversivos que intentó liberar a los detenidos mientras eran trasladados desde Resistencia a la Unidad Penitenciaria 10 de Formosa”. Fue tal la planificación, que el terrorismo de Estado tuvo la precaución de agregar prisioneros de otras jurisdicciones para “blanquear” el falso ataque de la falsa “banda” al falso convoy del falso “traslado”.
En 2001, los ex montoneros Dante Gullo y Horacio Verbitsky -crédulos del discurso de “mártir incorruptible”- acompañaron a Carrió en la conmemoración de la matanza. En ese acto, Gullo llegó a afirmar que la participación de Carrió en las esferas de poder de la dictadura chaqueña, se había debido a “errores de juventud”.

Por entonces, Verbitsky -Presidente del CELS- presentó una querella penal ante la Justicia Federal, la cual prosperó a partir la anulación de las leyes de “Obediencia debida” y “Punto final”, abriendo -en mayo de 2010- el juicio a ocho militares y dos ex policías que participaron de la “Masacre de Margarita Belén”.

En rigor de verdad, al entrar a la Fiscalía, Lilita tenía 21 años recién cumplidos y ni siquiera había obtenido el título de abogada. Hasta puede considerarse posible que haya vivido en la burbuja de la indiferencia y el desconocimiento o en el globo del temor. Pero, conviviendo casi 6 años con la jerarquía de los Poderes Ejecutivo y Judicial de la Provincia, ¿pudo desconocer los hechos aberrantes llevados a cabo por la dictadura? Y, consolidada la democracia, ¿pudo seguir temiendo para actuar sobre lo que tuvo a su alcance profesional en aquella coyuntura? En definitiva, ¿Carrió es cómplice o negligente?

Si de complicidades se trata, en junio de este año saltó una nueva acusación a la fundadora de la “Alianza por una República de Iguales” (sic) por parte de José Pirillo en el Programa “Vaca cubana” de AM 530, “La voz de las Madres”.
Pirillo empezó la entrevista recordando que en 1985 le compró el diario “La Razón” a Patricio Peralta Ramos, dejándolo como director y que, en la primera reunión de “Papel Prensa”, Héctor Magnetto le contó algunos entretelones de la  apropiación de la empresa mixta por parte de los diarios “Clarín”, “La Nación” y “La Razón” en connivencia con la Junta Militar. Y luego reconoció que, un par de años después, el CEO de “Clarín” lo presionó para que su diario continuara cumpliendo los acuerdos previos con la concluida dictadura, puesto que Jacobo Timerman, como director editorial de “La Razón”, publicaba los delitos de lesa humanidad que se habían cometido. Ante ello, Pirillo le solicitó hablar con la dueña y no con un subalterno, a lo que Magnetto argumentó tener el poder para decidir por Ernestina de Noble, siendo albacea de Marcela y Felipe desde que hizo la gestión para conseguir a los chicos ante el propio Videla.
El entrevistado aclaró que en esa oportunidad empezó su “Vía Crucis”, porque ante su negativa, tuvo que avalar una deuda preexistente de “La Razón” de u$s 5 millones y sufrir lobbys y distintos “aprietes”, acentuados cuando se publicó sobre los Graiver, los hijos de Noble y de Magnetto. En 1987 le tomaron el diario hasta su quiebra, sacándole las acciones de “Papel Prensa”. Pirillo denunció que el Grupo “Clarín” compró a sus propios abogados y al síndico de la empresa, además del juez de la causa.
Para puntualizar sobre la chaqueña, si bien no prueba nada, es insoslayable tener en cuenta que Alejandro Carrió -primo de “Lilita”- integra el buffette de abogados del CEO y de la dueña de “Clarín”. Asimismo, debe hacerse hincapié en lo manifestado por José Pirillo sobre el final del reportaje y confirmado en la declaración ante Bergesio -el objetado juez de la causa del ADN-, afirmando que, oportunamente, Magnetto le pidió por favor que dejara de publicar notas sobre el tráfico de bebés que se producía en el norte del país, porque eso los afectaba a él y a su señora esposa, por cuanto los hijos que él tenía, también adoptivos, los había conseguido a través de la intervención de su amiga personal Elisa Carrió. ¿Es el motivo que llevó a Carrió a oponerse firmemente a la toma de muestras de ADN a Marcela y Felipe Noble Herrera?

En 1989, sumado al discurso de la antipolítica tras el fracaso de Alfonsín, José Alberto David Ruiz Palacios había formado “Acción Chaqueña”, un partido provincial recolector de nostálgicos: fachos o indiferentes, pero gorilas. Aquel coronel cordobés que fuera Interventor Federal del Chaco entre 1981-83 luego de desempeñarse como subsecretario en el siniestro Ministerio de Interior de Albano Harguindeguy, había sido elegido Intendente de Resistencia del ’89 al ’91. Nacía la democracia noventista, la de los apoyos electorales a Bussi en Tucumán, Ulloa en Salta, Rico y Patti en Buenos Aires…
Aprovechando las privatizaciones del tándem Menem-Cavallo, en 1990, la abogada Carrió fue apoderada de “Telecom” en Corrientes y Chaco con atribuciones para negociar operaciones hasta por u$s 10 millones. Además operaba como martillera de la empresa, encargándose de dirigir las ejecuciones a los usuarios morosos. Por supuesto que no fue la única que se prendió de los frutos podados por el “Primer Mundo” -al cual se fabulaba ingresar- haciendo leña del árbol caído.
En 1991, el médico radical Rolando Tauguinas ganó la gobernación por “Acción Chaqueña” con importante aporte de votos de la casi extinguida UCR y apoyado por algunos cuadros desertores del justicialismo. En realidad, el ex Ministro de Salud de la dictadura había sido postulado porque Ruiz Palacios no contaba con los años de residencia exigidos por la Constitución Provincial y debió conformarse con encabezar la lista de diputados, ejerciendo la Presidencia de la Legislatura chaqueña con anuencia de la UCR. La misma UCR a la cual se sumaría Elisa Carrió, hasta ese momento abogada, autoridad de la multinacional empresa privada y docente universitaria sin desplegado compromiso social, político ni partidario.

A todo esto, el radicalismo chaqueño comandado por Luis Agustín “Bicho” León cargaba una pesada mochila de derrotas. El bioquímico balbinista había perdido los tres comicios para Gobernador de los cuales participó, aunque siempre lograba colgarse de cargos pocas veces electivos sino ocupando la banca que correspondía a la primera minoría en tiempos en que los representantes en la Cámara Alta eran nominados por las legislaturas provinciales. Tal fue así, que ostenta haber sido el único Senador Nacional desde el ’73 hasta el golpe de Estado y durante otros 18 años ininterrumpidos a partir de la apertura de 1983. Todo un récord al que no pocos acusaban de contubernio con el peronismo provincial, pero, lo más probable es que se haya tratado de ineficacia para conseguir adherentes ya que tenía ambición de poder, demostrada, por ejemplo, cuando enfrentó a Raúl Alfonsín en los comicios internos nacionales de la Unión Cívica Radical.
En 1994, trascendiendo que se había postulado en reemplazo de su padre con cáncer, “Lilita” Carrió fue Convencional Constituyente Nacional por la UCR. Ya exteriorizaba asombrosas reacciones pueriles al debatir con la santacruceña Cristina Fernández: puede decirse que se trató de un caso de “animadversión a primera vista”. Durante aquella reforma -que, entre otras cuestiones, establecía la posibilidad de una reelección presidencial sucesiva y otras alternadas-, la rubia abogada chaqueña renegó de la vieja amistad de su padre enfermo y destruyó mediáticamente al ex Presidente Alfonsín, fustigando el conocido Pacto de Olivos con Carlos Menem.
Entretanto, un dirigente del interior de conocida militancia en la Juventud Peronista que había sido Diputado Provincial -también sin alternancias desde el ’83 hasta el ’95-, comenzó a crecer desde Renovación y Cambio hasta ganarle la conducción del radicalismo al Movimiento de Afirmación Yrigoyenista de León.
En 1995, se renovaron las devoluciones de gentilezas. Ángel Rozas asumió la gobernación en balotaje -tras perder la Primera Vuelta frente al ex Gobernador justicialista Florencio Tenev- con la contribución electoral de Acción Chaqueña.

María Elisa Rodríguez de Carrió, no demoró en retornar a la función pública junto a varios burócratas provenientes de Acción Chaqueña y otras fuerzas menores que también se habían volcado electoralmente. La madre de “Lilita” fue Secretaria de Desarrollo Social nombrada por Rozas. “Lela” Rodríguez estuvo implicada en graves casos de corrupción y, hasta la fecha, no ha aclarado el destino de fondos de su cartera que terminaron en la renuncia del Vicegobernador Miguel Pibernus, acusado de autorizar negligentemente los despachos mientras que el gobernador se hallaba de turismo oficial en el Friuli. ¿Cama, culpa o casualidad?
Luego de los comicios complementarios denunciados como inconstitucionales, asumió la vacante el entonces Ministro de Gobierno, Roy Abelardo Nikisch, discípulo y compoblano del renunciante Pibernus. “Lela” Rodríguez continuó en el cargo. Recién a mediados de 2010, la Cámara Segunda en lo Criminal encontró culpable a Pibernus en 60 de 62 casos de “peculado de caudales públicos, pero la sentencia impuesta fue leve: tres años de prisión en suspenso e inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos, además de obligarlo al cumplimiento de ciertas “reglas de conducta” y “servicio comunitario” personal o por terceras personas, debido a su avanzada edad.

Al tiempo que el abogado pinedense Ángel Rozas empezaba su primera gobernación, “Lilita” asumía como Diputada Nacional también por el Chaco y representando a la UCR. Es necesario aclararlo porque Carrió tuvo más variaciones de posturas que de partido y más cambios de partido que de residencia. Desde la Cámara Baja, consolidó una juvenil actitud irreverente y rebelde,  apostando a crear una imagen de integridad y temperamento que le pagó buenas fichas proyectándola electoralmente.

ContinÚa en:
  CARRIÓculum Vitae II

Ab INITIO usque ad FINIS cum MEMORÁNDUM

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