Un día vimos que rosquear había dejado de ser una comedia. Un día nos dimos cuenta de que la sumisión a la banca internacional ya no era de terror. De pronto, vimos que llegar al gobierno sin apoyo popular y salir de él repudiados por todos, ya no era ciencia ficción. Vimos que las fichas del dominó del poder eran iguales y que llevaban cíclicamente a finales similares aunque por caminos diferentes.
Otro día supimos que no había modo de que el pueblo ganara a ese juego. Y vimos que las historias más asombrosas ya no eran sólo un producto de la imaginación y que la igualdad había dejado de ser una fantasía. Ese día nos dimos cuenta que todo había cambiado y que lo que nos pasa a todos es más interesante, más impactante, más inspirador para ponernos a construir nuestra nación de la mano de Cristina.
Infinito, realidad que supera la ficción.
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