La situación financiera internacional comparativamente favorable, la demanda mundial por nuestras materias primas estimulando el desarrollo industrial y tecnológico de la mano de los servicios, el conveniente acople comercial con el BRIC, el elevado crecimiento sostenido, la autonomía económica frente al mundo, la revisión de subsidios a transportes y energía en función de la demanda y no de las empresas, la intervención estatal para reducir asimetrías con descenso del desempleo y del empleo informal, la mediación aduanera y en formación de precios para impulsar el mercado interno y el compre argentino, el tipo de cambio competitivo, la paulatina desdolarización de las finanzas y el Fondo Latinoamericano de Reservas, los superávits comercial y fiscal,…
Ahora adivinen quién es el entrevistado. Una pista: a esta altura, amerita que le haga una etiqueta.
Ya lo cité en media docena de posteos. Hago copy and past de una…
Entrevista publicada en el Diario Tiempo Argentino del 17 de julio de 2011
"EL MODELO PRODUCTIVO NO TIENE VUELTA ATRÁS"
–¿Cuáles son los desafíos económicos de los próximos años?
–Hay que pensar que el crecimiento ha llevado a la Argentina a tener un Producto Bruto de U$S 400 mil millones y si tomamos los 40 millones de habitantes estamos pensando que la renta per cápita de la Argentina es de U$S 10 mil al año. Entonces, aunque no está bien distribuida, pese a los esfuerzos que se han hecho, se está ubicando como un país de ingreso medio. Y esto empieza a reconocer unas cuantas complejidades, que obligan a revertir unas cuantas asimetrías. El gobierno siempre ha encarado decisiones que apuntalan, por un lado, la autonomía económica, con los superávit gemelos que te paran mejor frente a la globalización. También ha desendeudado al país para generar una mayor posibilidad del Estado de hacer políticas públicas. Y a la vez ha encadenado políticas de autonomía económica y de reparación social. En ese marco, se inscribe la moratoria previsional, la Asignación Universal por Hijo, la mejora en el mínimo no imponible de Ganancias y el aumento del salario mínimo.
–¿A qué se refiere con asimetrías?
–Las asimetrías están vinculadas al desarrollo social o humano. Estamos viendo que el crecimiento ha sido importante para crear varios millones de puestos de trabajo, pero tenemos confianza que a fin de año el desempleo esté por debajo del 7%, aunque tendríamos que llevarla al 5% de desempleo. El otro punto que estamos hablando es el empleo en negro. Hoy la tercera parte de la población no está declarada e históricamente el trabajo en negro fue del 23 o 24%. Eso hay que resolverlo. Pero sólo se logra con crecimiento y el mantenimiento de la autonomía frente a los mercados y con respuestas fuertes para el desarrollo del mercado interno. Dejémoslo bien en claro. No se logra con el enfriamiento de la economía ni el ajuste.
–Más allá del empleo, ¿qué medidas se pueden tomar para seguir mejorando la distribución del ingreso?
-Hoy la salarización masiva no es suficiente como podía ocurrir en la década de 1950, pero el gobierno ha tomado una serie de medidas de corte fiscal para inducir una política de ingreso para el hogar como fue la Asignación por Hijo, que cubre a los chicos y adolescentes, y la ampliación de la cobertura previsional que cubre a los trabajadores pasivos. Después ha habido otra política sobre el subsidio de tarifas, que abarca las áreas metropolitanas. Por último, los acuerdos de precios que han permitido, sobre todo en las áreas urbanas periféricas, la distribución de alimentos a precios muy razonables.
–Lo curioso es que algunas de las cosas que mencionó como logros han sido muy criticadas. Por ejemplo, el hecho de que los trabajadores sigan gravados con Ganancias...
–Los trabajadores que están alcanzados por el Impuesto a las Ganancias son los que ganan más.
–Pero hay una cuestión conceptual: el salario no es ganancia.
–Hoy en el ministerio tenemos trabajadores que están arriba de los $ 10 o 12 mil. En el Banco Nación hay quienes ganan $ 20 mil.
–¿Pero no está gravada la renta financiera?
–La renta financiera no creo que sea un aporte importante, si nosotros hoy suprimiéramos el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría generaríamos un desmadre fiscal. El trabajo de reparación social debe hacerse cuidando el superávit fiscal porque si no tenemos incapacidad de hacer políticas públicas frente al mundo. Si la Argentina entra en un esquema de abultado endeudamiento del sector público rápidamente empiezan los condicionamientos.
–Y la renta financiera...
–Este país necesita tener moneda y necesita tener el peso como reserva de valor. Si comenzamos a trabajar con ideas de gravámenes sobre aquel que apuesta al peso y lo pone en un banco a tasas de un dígito, no sería serio.
–¿Por qué va a pagar Ganancias una empresa que produce y no alguien que obtiene beneficios a través de las finanzas?
–Porque estás estimulando el ahorro. El que va a un banco y hace un plazo fijo no es el que tiene grandes posibilidades de especulación y negocios. Me parece que suena como una consigna. Yo no comparto y no aconsejaría nunca al ministro mayor presión tributaria sobre los depósitos a plazo fijos.
–Pero se puede gravar los bonos o el resto de los instrumentos financieros.
–Al que compró bonos después de que la Argentina defaulteó hay que aplaudirlo más que gravarlo. Si hay gente que ahorra en bonos argentinos me parece bien.
–También se discute el papel de los formadores de precios en la inflación.
–Comercio Interior ha trabajado muchísimo. La estigmatización de Guillermo Moreno tiene que ver con su capacidad de intervenir en la formación de precios monopólicos. Es cierto, que la discusión con los formadores de precios no es suficiente porque la Argentina está en una etapa en la que necesita ampliar la oferta. Hoy la tasa de inversión en la Argentina está cerrando en el 23,6%, es una tasa de inversión que está cuatro puntos por arriba de la década de 1990, que todos imaginan como un ícono de escenario de negocios para invertir en la Argentina. También estamos viendo que quienes invierten hoy están haciendo proyectos de inversión de repago más largo. Esto está marcando una apuesta a que la creación de mercado pueda ser acompañado por la oferta. Si uno mira cualquier indicador de medición de precios todas las mediciones de precios muestran que los precios tienden a descender. Es decir, que hay una expansión de la producción una reducción del nivel de precios y mercados más estables. Sí nosotros logramos que converjan la tasa de interés, el índice de precios, y el tipo de cambio, que lo tenemos bastante bien llevado, vamos a tener una fuerte expansión de la oferta.
–¿Cómo puede el Estado intervenir en la inversión?
–Hasta ahora la inversión ha sido dada por la reinversión de utilidades, pero el nuevo escenario macroeconómico tiene que ser acompañado de créditos para orientar la inversión y pensar cuáles son los sectores a los cuales vamos a apoyar.
–Se armó mucho revuelo cuando dijo que había que ser más populista.
–Porque me parece que en la Argentina consagrar derechos con carácter colectivo se transformó para el poder económico en una mala palabra, y a mí me preocupa. Este gobierno ha sido un gobierno que se ha dedicado a consagrar derechos: desde los individuales como el matrimonio igualitario, los derechos culturales como el Fútbol para Todos; los sociales como la AUH. El populismo en la Argentina ha sido denostado como una respuesta de los países emergentes a las demandas de su población cuando en realidad acá, ha sido el libre mercado y la aplicación de políticas neoliberales las que generaron exclusión social. El revuelo que existe de parte de algunos sectores económicos es porque saben que esos derechos los van a tener que financiar, de algún modo. Lo lógico en estos procesos son concertaciones sociales; acuerdo, diálogo.
–¿Es el caso del diario La Nación?
–Cuando vemos las cosas que se han escrito en el diario La Nación, por ejemplo, del populismo, se ve no hay consenso, no hay diálogo, pero fundamentalmente no hay ninguna vocación de incluir en la vida del país a porciones de la Argentina. Cuando uno habla de intolerancia, hay que ver lo que ha escrito en sus editoriales el diario La Nación.
–Pero eso tiene mucho que ver con el alto nivel de concentración y el peso que tienen algunos actores económicos.
–Bueno, hay muchas cosas a reparar. El tema son los tiempos, porque tiene que ver con avances, retrocesos, diálogos, de convencer a la sociedad, pero me parece que lo que se hizo estos años es recuperar el Estado Nación. Ahora viene una etapa en la que debemos corregir estas asimetrías. Lo ideal de todo esto es que se pueda hacer con diálogo, con consenso, no puede haber en la Argentina de hoy dos generaciones sin trabajo. Es necesario incorporarlos. Hasta el propio modelo agroexportador comprendió en algún momento que tenía que invertir en educación, que tenía que conceder el derecho a voto porque sino la tensión social se desmadraba. Esperemos que hoy el poder económico tenga la misma visión de aquellos, por lo menos de Pellegrini. A mí me gustaría encontrarme hoy en el poder económico con un Carlos Pellegrini.
–¿Qué quiere decir profundizar el modelo? ¿Después de las elecciones, se lo va a profundizar o se va a ir para atrás?
–La Argentina está en un momento en el cual el éxito nuestro es apostar siempre a los mismos; empleo, salario, mercado interno. Si logramos superar diez años de mercado interno pujante, donde alguien que invirtió no tiene miedo que mañana le abran la importación. Si eso se logra, y nosotros estamos en un punto clave, es porque la presidenta logró romper el maleficio de la crisis de 2009. Si nosotros seguimos en esa línea de garantizar mercado interno y regional, cambian definitivamente las expectativas de la Argentina. No hay vuelta atrás. No es tan fácil volver a una Argentina que por preservar la Convertibilidad destruyó 320 mil empresas y varios millones de puestos de trabajo. No es posible. Creo que hoy la comprensión del empleo, del salario, del mercado interno, es una vida mejor. Las veces que la Argentina tuvo vuelta atrás entre 1976 y 2001 fue en el marco, además de la dictadura, de crisis cíclicas violentas. Ni nos pueden dar un golpe de mercado porque tenemos solvencia macroeconómica. Está expropiada la posibilidad como en 1989-1990 o cómo lo permitió la Alianza en 2001, porque tenía reservas suficientes para afrontarla, pero prefirió que se la fugaran los bancos.
Por un fondo de reservas regional
–En la última reunión del Mercosur, el presidente de Ecuador Rafael Correa planteó la posibilidad de crear un FMI regional.
–Yo no le pondría FMI regional porque suena feo. Pero en el Grupo de Trabajo de Integración Financiera Regional pasamos revista a la tendencia a desdolarizar el comercio de la región, porque hoy tenemos un comercio de U$S 120 mil millones, también vimos muy positivos el rol de la CAF como banca regional de desarrollo y pasamos revisión a lo que es el Fondo Latinoamericano de Reservas, que hoy tiene U$S 2200 millones. Sería bueno crear un fondo de reserva para evitar ataques especulativos, para que un banco central cuente con U$S 2000 o 3000 millones, un disuasivo más. No lo vemos mal.
–¿Con cuánto habría que engrosar ese fondo?
–Hoy las reservas de la región son U$S 450 mil millones, tendríamos que reunir el 10% de ese volumen, U$S 40 mil millones.
IPC Nacional, deuda y subsidios
–¿Cuándo va a estar definitivamente terminado el Índice de Precios al Consumidor Nacional?
–La directora del Indec, Ana Edwin, considera que va a estar disponible a finales de 2012 o principios de 2013. Están trabajando aceleradamente, incluso con los relevamientos a las universidades y al FMI.
–El secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno denunció que las consultoras estaban confabuladas con los bancos para presionar al alza del IPC.
–Creo que la decisión de producir cambios en el Indec tiene que ver con que había muchísimas dudas sobre las mediciones porque existían bonos de deuda que se ajustaban por precios con connivencia entre empleados y quienes asesoraban a los bonistas. La decisión de modificar el Indec tuvo que ver con impedir que la Argentina sea rehén de su propia deuda y de quienes operaban su deuda. Por suerte existió un gobierno que se paró del lado de la Argentina para que pague menos deuda. A mí me tocó ver gobiernos y funcionarios que se posicionaban para que la Argentina pagara más deuda.
–En ese marco, ¿la Argentina tiene previsto tomar deuda en el mercado de capitales?
–Desde el punto de vista objetivo, el largo período de crecimiento que tuvo la Argentina, lo hizo sin ir al mercado de capitales. Cuando el país recurrió a los mercados le fue muy mal, en cambio, cuando creció autónomamente le fue bien y creció como nunca. Es una descripción económica, no una mirada ideológica. Desde el default de 2001 hasta hoy no ha ido a los mercados y le ha ido como nunca en la historia. Hoy tenemos solvencia fiscal y solvencia externa. No nos urge.
–¿El país no va a tener problemas para pagar los compromisos de deuda de 2012?
–No, porque el período más duro de vencimientos fue el 2009-2011. Con el uso de las reservas hemos podido cubrirlo sin ajuste fiscal ni recurrir a los mercados. Y estamos en un proceso dónde la relación deuda-producto está por debajo del 50%. En 2012 caen los servicios de deuda a la mitad. Al contrario estamos previendo un crecimiento de U$S 2000 millones de reservas para 2012.
–¿Tampoco este año?
–No veo ningún problema.
–¿Ese dinero se va a pagar con reservas?
–Depende como venga el superávit fiscal. No necesariamente.
–¿Se va a mantener el sistema de subsidios a la energía?
–Unos de los vectores de competitividad de la Argentina es la energía. La oferta de energía barata es clave, entonces conforme a las cuentas públicas, conforme a las necesidades de crecimiento energético, se irá viendo cómo funciona.
–¿En cuánto a los subsidios a los transportes?
–Tengo entendido que la idea es que sea un subsidio a la demanda, no a las empresas, a través del SUBE. En Barcelona llevó diez años, nos podemos tomar un tiempo.
Y para terminar, un breve mensaje que relaciona a la economía del modelo
con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las elecciones. Hago copy and past de otra…
Entrevista publicada en la Revista Miradas al Sur del 17 de julio de 2011
"LA OPOSICIÓN NO TIENE PROPUESTAS"
–¿En qué aspectos se benefició la Ciudad de las políticas nacionales?
–En dos cuestiones. Por un lado, con el incremento de la demanda. El vuelco de la capacidad de ahorro de la renta agropecuaria en ladrillos explica, en buena parte, el boom inmobiliario. Esto tiene un impacto favorable en términos de empleo y reciclado de barrios. El otro beneficio es el turismo, que tiene un gran impacto en la hotelería, la gastronomía y el comercio minorista. Todo esto repercute en forma muy positiva en el entramado urbano.
–¿El resultado podría tener consecuencias más allá de los límites de la Ciudad?
–No todos los votantes de Macri votaron contra el Gobierno Nacional. Sí una buena parte. Creo que, llegado el momento, muchos priorizarán los beneficios del plan económico. El 47 por ciento es un globo muy grande. Obviamente, tiene una componente que apuesta a la construcción de espacio a escala nacional. Sin embargo, la Presidenta tiene, incluso en la Ciudad, un fuerte respaldo. No veo un cambio de tendencia. En el mediano plazo es indudable que ese espacio de derecha intentará proyectar la figura de Macri.
–¿Una especie de Ucedé?
–Me parece sano que el país tenga un partido de derecha. Alsogaray fue categórico cuando dijo que los liberales nunca tuvieron los votos. Una manera de admitir que Menem le aportó legitimidad y consenso a las reformas de libre mercado. Pero cuidado que no señalo el dato para menospreciar al votante de Macri. Lo que subrayo con esto es que hay un sustrato ideológico conservador y liberal.
–Volviendo sobre la campaña porteña, ¿qué falta discutir?
–Hasta el momento, no se han discutido a fondo temas como transporte, salud, educación, vivienda, infraestructura y espacio público. Es un debate que Macri esquiva, porque no tiene aportes para hacer.
–¿Qué temas deberían poner en valor los candidatos del FpV?
-Que en el peor momento de la crisis internacional preservamos el poder adquisitivo de la población, evitamos la destrucción de puestos de trabajo y sostuvimos la demanda interna. Además, hay que destacar la construcción de ciudadanía mediante la consagración de derechos. Me refiero a cuestiones que van, por ejemplo, desde la asignación universal por hijo, pasando por el matrimonio igualitario y la nueva ley de medios.
VOTAR EN CALMA.
Los cálculos de Economía señalan que el año cerrará con un crecimiento superior al ocho por ciento y una inversión que rozará los 24 puntos del Producto Interno Bruto. “La consolidación del mercado interno traccionó la inversión. La consistencia del programa ha creado certezas, tanto para quien está por tomar una decisión de consumo como entre los inversores”, explica XXX.
El dato no es menor en un país donde la memoria colectiva remite a corridas bancarias, disparadas de precios y estrangulamientos del sector externo cada vez que la maquinaria electoral se pone en marcha. “La gente está votando en un marco de absoluta calma. La discusión electoral es netamente política. Un contexto para destacar y que, además, desmiente a los agoreros”, dice XXX.
–Sostener el nivel de crecimiento de los últimos años requiere mayor inversión privada...
–La tasa de repago de los proyectos está empezando a ser calculada en plazos de entre ocho y diez años. En la lógica de la valorización financiera, una inversión debía repagarse en tres. Vamos por el buen camino, porque estamos modificando el pensamiento estructural de los agentes económicos.
–¿En ese camino hay tensiones?
–Hay tensiones por las pujas distributivas. Pero si miramos, no digo el Indec, sino muchas consultoras e institutos provinciales, aún con las deficiencias metodológicas que puedan tener esas mediciones, la inflación de este primer semestre es la mitad de la registrada en el mismo período del año pasado. Hay una convergencia del nivel de precios con el tipo de cambio y una tasa de interés que retiene depósitos en pesos a niveles compatibles con la producción.
–¿Qué está faltando?
–El proceso de inversión se ha orientado con políticas macroeconómicas, pero el Estado no ha intervenido en forma directa en ese proceso. Tenemos que ingresar en una etapa donde orientemos la inversión. Hay que superar el autofinanciamiento basado en la reinversión de utilidades, porque esa dinámica se focaliza en los sectores más dinámicos. Nos falta una banca de fomento capaz de proveer fondos de largo plazo y bajo costo. Es un tema a futuro.
–¿Y la reforma de la Ley de Entidades Financieras?
–No quiero ser terminante con relación a los instrumentos, pero es evidente que se necesita una banca especializada, más regional, con unidades de negocios que funcionen acopladas a los ciclos productivos. No grandes bancos sucursaleros. El Banco Nación cumple muy bien ese rol, pero hay que ayudarlo. La reforma será tema de debate.
UN PASO ATRÁS.
“Los empresarios están varios pasos adelante de la oposición”, señala XXX. El comentario no es ocioso. Apunta a los dichos de, por ejemplo, la titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien señaló en varias ocasiones la necesidad de eliminar las retenciones que se aplican a las exportaciones agropecuarias. “Semejante propuesta se reflejan en la intención de voto que tiene. Además, es una clara demostración de la incapacidad de muchos sectores de la oposición para construir una agenda económica consistente”, dice XXX.
–¿Por qué afirma que los empresarios están un paso adelante?
–Porque plantean temas que, obviamente, necesitan soluciones. La puja salarial, la relación con Brasil, por ejemplo. Si la oposición planteara esas cosas, seguramente tendría otra intención de voto. ¿Pero si todo se reduce a visiones apocalípticas o planteos demagógicos? Pensar en incurrir en un desequilibrio fiscal en un mundo que está ajustando presupuestos en un contexto volátil, y tras una política fiscal local que se reveló como tremendamente eficaz para capear la crisis internacional de 2009, es un disparate. Hablan de eliminar las retenciones, pero no se sabe bien a cambio de qué.
–¿Cómo se imagina el próximo Congreso?
–Creo que hay una intención de la oposición de usar el Congreso para instaurar una suerte de clima de ingobernabilidad. Pruebas concretas fueron las decisiones de no sancionar el presupuesto y de impulsar el 82 por ciento móvil. Son propuestas inconsistentes, tan inconsistentes como querer eliminar las retenciones. Son intentos de desarmar la posición fiscal. Se trata de movidas que hasta provocan temores en los mismos sectores empresariales que a veces critican, y con dureza, al Gobierno Nacional. Hablan de calidad institucional, pero ellos son mayoría en el Congreso. Todo esto es lo que hace que la gente les dé la espalda. La oposición no tiene agenda.
...
¿Adivinaron?
Para profundizar el modelo son necesarias las leyes que lo consoliden hasta lograr que no sea tan sencillo volver para atrás. Los ’90 nunca más. Para hacerlo bien, nada mejor que representantes con solvencia técnica, claridad conceptual y convencimiento ideológico, como Amado presidiendo el Senado y el economista entrevistado instalándose en la Cámara de Diputados de la Nación.
Desdemonicemos juntos al populismo y a la intervención proteccionista, que en un mundo globalizado libremercadista acuciado por la crisis de la especulación financiera neoliberal, está comprobado que nos funcionan.
¡Funciona!
Funciona mejor que el “Reduce Fat Fast” del gurú Jorge Hané…
¡Argentina está más linda que nunca!
¡Aguanten los gurúes nacionales de la recuperación de Pe$o$!
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