La izquierda cambista y los talleres de entusiasmo

   

Leemos en Ámbito de hoy al asesor Rozitchner en Radio 10: "El gobierno de Macri es más de izquierda que el de Cristina"

  Como leo demasiados compañeros indignados, trataré de tirar onda de retiro espiritual en el CCK:

Y onda talleres de entusiasmo en la escuela de dirigentes del PRO (sic) con el filósofo y otros artistas:

 Paso a comentar lo que me pasa cuando veo las estrategias comunicacionales de la delegación presidencial con la plata

de nuestros impuestos, la de los jubilados y la de 10 generaciones aplastadas por el endeudamiento externo para unos

pocos dueños del país. La delegación instalada por 680.607 sufragios (51.34 a 48.66% de votos válidos) en el balotaje.

 
Para mí, si Rozitchner dijera que "el gobierno de Macri es de izquierda", el procambismo perdería un tercio de su apoyo emocional.

Para mí, como dijo que "es más de izquierda que el de Cristina", recupera un sexto del apoyo emocional perdido por crisis déjà vu.

Con la nuestra, el gabinete paga sus retiros espirituales y ofrece talleres de entusiasmo en radios, diarios y TV a la gente en la calle.

 

Y aunque duela hay que decirlo. Juegan bien. No quieren un electorado crítico porque no les conviene. Es muy buena la estrategia de

comunicación macrista. Por un lado siguen bardeando a Cristina porque les conviene sostener el relato de la pesada herencia, aunque

ya van a las 19 horas de hoy (26 de septiembre de 2016) 291,8 días del mandato de 4 años, el 19.97% de esos 1.461,5 días contados

desde la medianoche del 9 de diciembre de 2015 con la presidencia Pinedo (vía Lorenzetti) al mediodía del 10 de diciembre de 2019.

Y cumplen en desperonizar volviendo a la disyuntiva izquierda y derecha, obviando la tercera posición que jamás sostendrían porque

son cadetes del poder global. Juegan bien. Saben que juegan para un montón de imbéciles que pican la carne podrida de su carnada.

Para mí, juegan bien. Irrespetan a media ciudadanía consumidora que los votó. Es justo, pertinente y oportuno. No andan con giladas.

No son jipis ni pretenden movilidad ascendente sociocultural o económica, sino viceversa y todo lo contrario. Y perdón por la catarsis.