La joven Soledad, con quien coincido como hombre abierto y sensible -pero no entre comillas-, intentó
-infructuosamente- pensar junto a la no tan joven Nancy mostrándole algunas de sus
contradicciones:
Ni sabía que la periodista estrella de Magnetto se separó del ministro satélite de Macri... Es que no miro programas
de chimentos de la tarde y tampoco sigo al PPT Lanata. Desconozco las serias investigaciones de alcobas ajenas.
Hasta el lugar común de "Iván, el terrible" desnuda mediocridad e ignorancia. ¿No resulta más razonable
pensar en un recuerdo del padre -Máximo- a Iván Heyn? Convengamos que el comentario de Nancy Pazos
es bastante menos tilingo y agresivo que las aberraciones cargadas de odio ¡hacia un bebé! que se leen en
las notas de "La Nación", "Clarín" y otros diarios digitales. No obstante, no deja de quedar muy desubicado.
Probablemente se vincule al estado de ánimo por la reciente separación. Sin dudas, las respuestas que fue dando sí se
vinculan a haberse quedado instalada en la clásica concepción católica recibida en su formación primaria y secundaria.
Lamentable que -pasados los 50 años- continúe con los mismos primarios preconceptos de adolescente secundaria...
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