El Kirchnerismo en 140 caracteres según Facundo Moyano

Esta siesta, no obstante que Facundo Moyano, hace un par de días, bloqueó la posibilidad de que reciba
sus tweets en mi Time Line, los retwitters de sus seguidores a quienes sí puedo leer, llamaron mi atención.

(Captura de pantalla con el blocked que me aplicó el compañero Facundo Moyano)

Entonces, ante la curiosidad, no me quedó otra alternativa que leer lo que estaba

escribiendo el representante de la Juventud Sindical y Secretario General del Sindicato

Único de los Trabajadores del Peaje y Afines, directamente de su Perfil de Twitter.

Se trataba de una invitación a dar “definiciones de Kirchnerismo en 140 caracteres”

Veamos (de abajo hacia arriba) los conceptos de Kirchnerismo según Facundo Moyano:

   

   

“El kirchnerismo expresa* un pasaje* de la resistencia a la ofensiva

del movimiento nacional luego de la devastación neoliberal,

un paso con contradicciones* hacia la justicia social, una tensión*

necesaria entre quienes quieren* profundizar y los que quieren

frenar el proceso de transformación Nac & Pop latinoamericano.”

“El kirchnerismo expresa* la alianza* estado-producción-trabajo en una

situación* de fuerzas en donde prevalecen los intereses de la producción

encabezados por la UIA por sobre los intereses del trabajo!”

 
   

*Expresa quien relata, como acto fallido que hace el juego a la línea editorial dominante,

aunque se supone que quiso decir que lo representa o lo materializa, más que manifestarlo.

Con un microscopio semántico y bastante mala leche, se podría dar al *pasaje un significante

de lugar de paso o hasta de costo por transporte, pero vale deducir que refirió a la acción. 
   

Como diría Lanata: “Estoy harto de hablar de las *contradicciones”. A esta altura,
el sistematizado exceso de rebusques seudofilosóficos, empacha. Demasiados sofismas
sobre dudas y certezas, sobre contradicciones y consensos… Lo mismo respecto
a las trilladas *tensiones. Casi todos y casi todas justificamos nuestras tensiones y,

a la vez, denostamos y evaluamos como chantajes del enemigo a las tensiones ajenas. 
   

Esos dos fragmentos con quienes *quieren, autoexcluyéndose, también califican para
tratarlo con un/a terapeuta o analista político/a más que recurriendo a un/a semiólogo/a.

Sobre todo considerando que, tanto desde su cuenta en Twitter como en la calle,

el joven sindicalista no presenta demasiados pruritos para salir con los tapones de punta,

así enfrente haya aliados, transversales, propios, adversarios, público, árbitros o cancheros. 
   

Nuevamente con lente borrosa, podría leerse *alianza con la rémora de las cacerolas.
Pero no. Y de ese trípode Estado-Producción-Trabajo (todos con minúsculas),
para Facundito Moyano los intereses del Estado juegan..., el Estado intercede...,
el Estado... emmm... ¡omanó!, se lo comió la vaca como en la Dictadura y los '90:
¡Un/a terapeuta a la derecha! ¡Un/a analista político/a al fondo a la derecha!
 
Y asimismo, con toda la (mala) onda lanatista, aquella idea de situación*
de fuerzas tomada en sentido de sitio estático o del estado de las cosas, da para leer
entrelíneas, oponerlo a las contradicciones y, sobre todo, a las tensiones naturales.

Los sistemas estáticos absorben tensiones sin moverse, sino no serían estáticos, ¿vio?

   
Por último, si Juan Facundo Moyano largó la invitación por Twitter sugiriendo que
“los reaccionarios se pueden esforzar un poco más!”, y, luego le dedicó una decena
de tweets al asunto: ¿eso calificaría como esfuerzo apto para reaccionarios o no?...
Don Twitter suele errarle el vizcachazo con sus algoritmos para buscar similitudes,
pero, ¿contesta lo anterior ver a Hourest -economista del GEN- y al Chipi Castillo
-trotsko del PTS y candidato a Vice Presidente con Altamira por el FIT-, metidos junto
al PJ Darío Díaz Pérez -intendente de Lanús- en aparente dispersión de características?
Aparente si evaluamos que, a pesar de haber asumido mediante el FpV, Díaz Pérez se haya
cuestionado, entre otras cuestiones, por echar arbitrariamente a Silvia Karina López por reclamar
el correspondiente cobro del Plan “Argentina Trabaja” que cumple en la Municipalidad de Lanús.

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Una pena que Facundito me haya bloqueado. Podría haberme sacado estas dudas y, mejor,

haber compartido definiciones de Kirchnerismo en 140 caracteres para, quizás, reconstruirlas.

Así como decir #PeronismoPuro es un oxímoron, definir Kirchnerismo también lo es.

La entropía y la heterogeneidad de un movimiento inducen a que no admita definiciones,

ya que, en definitiva, pedagógicamente definir es limitar, separar unívocamente del resto.

Conscientes de que en Twitter no puede plantearse un Tratado para cada temática

y que -justamente por ello- se suele abusar del pretexto para escribir sentencias

por demás descabelladas, chicanas de todo tipo y petardos a discreción, bien vale

aclarar que en 140 caracteres pueden evidenciarse claramente las convicciones.

Facundo Moyano redondeó, resumiendo al kirchnerismo como:

“Un paso con contradicciones hacia la justicia social

con tensión natural entre los que quieren profundizar

y los que frenan un proceso Nac & Pop.”

Básicamente, una sucesión de viejos tips peronistas y ahora kirchneristas en boga.

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Para intentar desgranar un poco más a este Kirchnerismo en 140:

El eterno dilema producción-trabajo cuasi reducido a la dualidad UIA-CGT lo que, además

de excluir sinnúmero de actores, en cierto modo también simplista, pierde impacto al provenir

precisamente de representantes de gremios de servicios (Camioneros, Peajes y Afines, Judiciales,…).

Un cerrado analista concluiría con un peyorativo: Rodríguez Zapatero a tus zapatos…

   

En relación, si nos detuviéramos a observar las proporciones correspondientes

a los sectores de la producción primaria, secundaria y terciaria en el Secretariado Nacional

del Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina,

muy probablemente llegaríamos a concluir que no se trata de una Federación de Trabajadores

de un país muy industrialista, ¿qué no? Y, tal vez, para apoyar el perfil impulsado por la vigente

gestión de gobierno, resulte menester que los trabajadores apliquemos la mentada sintonía fina.

No soy experto en gremialismo y se nota. Puedo llegar a emplear silogismos que muchos

sindicalistas de profesión -si se me permite- juzguen desatinados. Entonces, me excuso

en una mirada adolescente tomándome el atrevimiento del plagio, editando a Quino: