De multimedios y casaquintistas


INTRODUCCIÓN MULTIMEDIÁTICA

2013 viene tenso en la dispersión más, o menos, opositora al FpV gobernante. Sus usinas de crispación metropolitana siguen funcionando
con sobrecarga, provocando que la térmica les salte a cada rato: ora consecuencia del colapso por recalentamiento, ora por cortocircuitos.

Y caben unas digresiones al respecto. La tendencia comunicacional orquestada, enmaraña todo buscando manipular distraídos y distraídas.
Hace un tiempo, fracasadas muchas de sus operaciones para nada herméticas, sino confabuladas con los sectores que ejercieron poder real
por décadas y que se aferran a esa situación de privilegio a cualquier costo, movieron el eje del discurso. Ahora, los poderosos multimedios
optaron por llevar al absurdo la por ellos llamada "Guerra: Gobierno vs. Clarín", cuando la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue
aprobada por mayoría absoluta en ambas Cámaras del Congreso Nacional y por prácticamente todas las corrientes políticas representadas.
Lo mismo aconteció con el primer intento de Golpe Institucional durante el conflicto del Estado Nacional con las Patronales Ruralistas, que
no se trató de una "Guerra: Gobierno vs. Campo", como repicaban persistentemente vendiendo la falsa sensación de enfrentamiento bélico.
La estrategia de guerra fría es impulsada desde la conducción comunicacional que influye aviesamente sobre las nimias hordas caceroleras.

Claro que hay posiciones encontradas. Es innegable advertir que la gestión iniciada el 25 de mayo del 2003 -acentuada tras adquirir poder
propio y ganar fuerte respaldo popular recíproco al signo de la gestión- ha planteado transformaciones que repercuten en los intereses de
los sectores de poder y, es obvio, que no harían la plancha mientras observasen la merma en sus prebendas y la redistribución equitativa.

Claro que agobia la tensión. Agobia, por lo prolongada y por lo inconcebible en una República institucionalmente democrática. Agobia que
un multimedio se niegue a cumplir la ley y cuente con largos brazos en el sistema judicial en connivencia con otras grandes corporaciones
industriales, empresariales, agropecuarias, sindicales, y demás, que ya ni valen detallarse. A bastantes nos tienen hartos con la Clarinura...

 Y mucho más claro es que el espiche patéticamente peyorativo y manifiestamente repicado por los esbirros de "Clarín", "La Nación", "Perfil",
"SePrIN", y sus múltiples satélites y socios nacionales e internacionales, sosteniendo unívocamente que en la Casa Rosada tienen el imbécil
convencimiento de que si desapareciera "Clarín" pasaríamos a vivir en Disneyworld, carece de todo sustento analítico, confunde a la incauta
ciudadanía y sigue operando en consolidar el discurso opositor a toda transformación que regule el poder real: el poder silente, explotador,
corporativo, usurario, "independiente" y parasitario. Ya sea, marcando la agenda de políticos temerosos en el rol de cómplices; fogoneando
 el malhumor de "la gente en la calle", sobre todo, en las grandes urbes donde el intenso ritmo restringe observar el derredor; o, articulando
pertinaces campañas para instalar el miedo libanizante separatista; incitando devaluaciones de moneda con corridas bancarias y de bonos
operando en los mercados, lucrando siempre con la candidez de la ciudadanía especuladora; y sobornando o presionando jueces y fiscales,
mediante la metralla de titulares, copetes, columnas y zócalos sin atenerse -siquiera- a los más elementales códigos de secreto sumarial.

Asimismo, es claro que el gobierno nacional no niega los problemas, sino que se empeña en resolverlos intentando no sobrecargar a las
franjas socioeconómicas tradicionalmente desprotegidas y excluidas. Es claro, como que porque desaparezca  el Grupo "Clarín" -término
inadecuado si los hay, que usufructúa el inconsciente colectivo con una abyecta y descabellada fábula alarmista-, no pasaremos a vivir en
Disneyworld, tal declaman los sofismas comunicacionales. Tan claro, como que las mayorías nacionales y populares no queremos volver
a sobrevivir en el Primer Mundo noventista, el cual le produce perversa y ombliguista nostalgia al clan deformador de opinión publicada.
No. No pasaríamos a vivir en Disneyworld. Pero, habiendo más voces, es probable que el pueblo resuelva apoyos acordes a su realidad y,
con paciencia y con saliva, construyamos entre todos y todas -o casi todos y casi todas- un país que permita desarrollarnos con justicia.

Así y sin pretender fastidiar con "Clarín", vayamos a la obsoleta y timorata clase política orientada desde el Nuevo Estatuto del Coloniaje.



MEDIACIÓN ENTRE MEDIOS Y QUINTAS

La gran mayoría de quienes compiten por encauzar a esa híbrida masa amorfa aglutinada por el desconcierto y el manipulado antagonismo,
tienen más por esconder que para mostrar. Ya sea, porque -como Ricardito- despertaron al interés participativo sociopolítico post mortem,
entrados en años mas no en experiencia. O, porque -como Macri, Binner, De la Sota, otros y otras- cuentan con un pasado y un presente en
la gestión pública que los condena a no trascender el vecinalismo, a pesar del hermético encubrimiento comunicacional montado tras ellos.

Es que al otro lado del "Frente para la Victoria", con sus múltiples y heterogéneas variantes distritales, no hay demasiado. O, hay nada.
Al ser tan pueril y conducida desde lo meramente mediático, la disgregada oposición despropositada entra en contradicción flagrante ante
cada manifestación personalista sin carácter de cuerpo ni solución de continuidad. El dialoguismo sui géneris del 790 del dial AM...

Entonces, sale la banda de precandidatos autoproclamados a batir las cacerolas alineados al guión de las corporaciones comunicacionales,
el cual, por otra parte, ya quedó demostrado que se dirige a un reducido público cautivo, ávido del libreto que justifique su desvinculación
con la realidad. Realidad y desvinculación que ni perciben en su consuetudinaria repetición de clichés sin cuestionarse introspectivamente,
al consumir cotidianamente -como propia- la percepción deglutida en fauces ajenas y asimilada en otras tripas. Las huestes de Magnetto,
Mitre, Fontevecchia, Christian Sanz y demás, ofician de dealers de relatos adictivos. Una suerte de Scheherezade postergando su ejecución:



Y las fantásticas crónicas incluyeron a los reyes hermanos, el mercader, el pescador, el mandadero y las doncellas, la mujer descuartizada,
los visires, el jorobado y el sastre, el marino Sindbad, la ciudad de bronce, Aladino y su lámpara mágica. Alí Babá y los cuarenta redactores.
La cuestión es que la esclava ya lleva tres veces "Mil noches y una noches"  desde que el Rey la puso a disposición. Y goza de buena salud.
¿Hasta cuándo? Imposible saberlo. Depende del gancho que tire el relato para evitar pérdida de entusiasmo y de quien interprete a Schariar.



DESARROLLO DEL ROLLO OPOSITOR

Tal postura de cerril enfrentamiento a todo (y a todos y a todas quienes apoyamos al modelo vigente, con matices y en diversa magnitud),
sin propuestas alternativas proactivas y diferenciadas, minimiza y difumina opciones que dejan de serlo por confusa pérdida de identidad.
Hoy, los discursos bajados desde la presunta izquierda vernácula y la palmaria derecha neoliberal, son idénticos e indivisibles. Textuales.


Pasó un par de días, pero valió editar el posteo para agregar este tweet:


Acaso, ¿no sorprende ver al trotskismo vernáculo coincidiendo con los enfoques del Servicio Privado de Informaciones y Noticias?, residuo
de la SIDE, ahora, mano de obra desocupada. ¿O advertir a la izquierda sui géneris socialdemócrata calcando columnas del diario de Mitre?
Y viceversa. ¿No asombra observar a incontrovertibles exponentes del neoliberalismo salvaje en concordancia con la progresía noventista?,
ya sea Lanata, su cadete Levinas, o quien se preste. Si el gran Discepolín definió al Siglo 20 "Cambalache", a este lo llamaría Comboleche...

Esta extraña situación no hace otra cosa que dejar en escena solamente al FpV con protagonismo. Con la complejidad que implica gobernar
-ahora- en soledad y sin aportes por fuera que excedan el monólogo de los apologistas del consenso. Y con la chance excluyente de seguir
gobernando -como resulte pero conducido por Cristina Fernández de Kirchner- luego del 2015. La atomización que fagocita a su dirigencia
incapaz, ya no de coadyuvar con la gestión del gobierno de todos y de todas sino siquiera, de acordar ejes comunes, indica un autosabotaje
pueril por saberse incompetentes. Y el FpV permanece. Como diría un rústico viejo amigo: "2013, cuánto más (se) chupan, más crece."



ECLÉCTICO DIALOGUISMO DIALÉCTICO

Así las cosas, el "Frente para la Victoria" -tras diez años en función de gobierno y con la mitad del ciclo atravesando una crisis global
casi sin precedentes- sigue contando con apoyo ciudadano en todo el país, aunque algo menos imponente en contados islotes de la
Pampa Húmeda. En tanto, continúa representando una utopía que las heterogéneas -aunque convergentes en metodologías- franjas
opositoras logren acordar ejes básicos de consenso, a pesar de su persistente declamación dialoguista. Es que el exhorto al diálogo
carece de crédito. ¿Cuál sería el costo para el oficialismo -y para las mayorías- si dialogase con los sectores que pretenden un signo
de gobierno totalmente opuesto al vigente? ¿En cuánto cedería posiciones si atendiera y diese lugar a tales demandas corporativas?
¿Y cómo reaccionarían once (o más) argentinos y argentinas de cada veinte, que apoyaron a la gestión hace apenas dieciséis meses?

¿De qué se trata el espiche dialoguista? Acaso, el veraniego paseo playero de la exkirchnerista y Libre del Sur fapista -Vicky Donda-
con un erpiano -Humberto Tumini- y ¡con el exalbacea de Amalita Fortabat y Director de la JP Morgan & Co! -Alfonso De Prat Gay-,
¿no constituye haber saltado los límites que marcó el propio narcoléptico Hermes Binner en la previa de las pasadas presidenciales?
¿De qué se trata el espiche dialoguista? ¿De manifestarse públicamente haciendo marketing electoralista -encima, fallido- mientras
los hechos y las gestiones -de quienes tienen o tuvieron funciones ejecutivas a cargo- van por otro carril? ¿O de pactar sostenerse
mutuamente las caretas? Hasta llevándolo al ámbito futbolero, ese dialoguismo entre jugadores de equipos diferentes -y rivales-,
sólo motiva suspicacias. El "guiño" de Cauteruccio a Orión ayer, antes de patearle una masita en el penal, provocó cierto y fundado
resquemor en la hinchada cervecera, así no haya metamensajes, sino exhibición de no amedrentarse ante el arquero chamuyador.


Y sí, señoras y señores, eso de jugar gestualmente a quien la tiene más grande, no da ni para el verde césped. Menos, para la tribuna...


Continúa en: "Éramos pocos y parió Felipe-Massa"


1 comentarios:

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