América Latina gobernada por delirantes bipolares

Antes que nada, contextualicemos repasando algunos postulados opositores sobre la viudez presidencial:
 
“El rol de viuda es, sociológica y políticamente, el más adecuado en este ahora donde la bisagra marca el cambio, a pesar de ese ‘gatopardo’ que anida en el seno de la administración desde un tiempo demasiado largo… La viudez genera conmiseración, amplía el tiempo de tregua: pegarle a una viuda no es una conducta aceptada por la sociedad civilizada. Subirse al pedestal a confrontar con Kirchner era una cosa, hacerlo para cuestionar a la sufriente mujer es complejo, y puede jugar en contra a la vez.”
“Según fuentes muy cercanas a la Primera Dama, incluido uno de los psiquiatras que la ha tratado, ella sufriría de trastorno bipolar, antes llamado psicosis maníaco depresiva. Es una enfermedad que combina picos de euforia con otros de depresión, que afecta a entre tres y cuatro de cada cien personas y que se estabiliza con tratamiento psiquiátrico y una adecuada medicación.”
"Es más guacha, cochina, zorra y perversa que Néstor Kirchner, su marido muerto, que ya era bastante guacho y que en paz descanse."
"Ella engañó con el llanto, y con el vestido negro y no era así. A lo mejor no lloró tanto. El duelo terminó. Empieza la batalla.”
...
  
   
Para parangonar con quienes hablan o hablamos de él, recurrimos a las palabras que ofreció el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, el pasado viernes cuando se inauguró la Embajada Argentina en Brasilia:
  
“Esto es un quebramiento total de protocolo. Quiero saludar a mi compañera Dilma, a mi querida compañera Cristina, y decir pocas palabras: Primero, esta embajada es del tamaño de la relación que debe tener la relación Brasil y Argentina. Soy cristiano, y creo que la vida no termina cuando nuestro cuerpo se va, creo que hay otra vida y creo que Kirchner, en este momento, está pensando pobre de mí y pobre de Lula, porque las presidentas Dilma y Cristina van a hacer historia en América del sur y América Latina.”
“No puedo expresarles lo que mi alma está sintiendo, y lo que mi corazón está sintiendo. Creo que formo parte de una generación que tiene que agradecer cada día de vida; que no se imaginaba que las dos mayores repúblicas fueran presididas por dos mujeres. No porque sean mujeres, sino porque son mujeres especiales: Son militantes políticas, con perfil ideológico, que saben para quién están gobernando, que tienen garra y que saben claramente que las dos juntas van a tener mucha más fuerza que la tuvimos Kirchner y yo… Tengo seguridad que las dos juntas en el G20 van a cambiar un poco la política mundial, la geopolítica de todos. Argentina y Brasil no quieren ser mejores que nadie, ni mayores que nadie”.


Bueno, cipay@s: Díganle delirante bipolar a Lula.
Lejos del mundo está la corpoposigarca.
¡Chau, gat@s!

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