Clarín versus Gvirtz: otro frente de batalla cultural

Ayer amanecí leyendo “La Nación” (pero en la página web, eh, que conste que hago cero aporte económico) y, el burdo tratamiento de la ridícula noticia sobre el “Acuerdo opositor para ‘cuidar la democracia`”, me provocó el pueril impulso de referirme a esa trivialidad. Y seguí el reflejo, hice un posteo.


Hoy no tuve mejor idea que amanecer revisando correos atrasados y me encontré con el de un colega amigo.

Permítanme hacer unas forzosas autorreferencias. Prometo intentar que sean a menor escala que las del competitivo dueto Lanata-Barone. Si alguna o alguno es terapeuta o terapeuto, debe notificarse que es gratis: no admito reclamos.


Resumo.

Soy un militante de la entropía porque estoy convencido que sólo a partir de la acción desordenada de múltiples corrientes -doctrinarias, metodológicas, creativas o energéticas, de acuerdo al caso- surgen las ideas, las acciones y los fenómenos -según corresponda- realmente trascendentes y, en consecuencia, soy sumamente disperso. Quienes me conocen de la calle o de la net lo saben y, si persisten, debe ser que les gusta o, al menos, se la bancan.

En general, trato de ser un tipo gentil y de evitar preocupaciones fútiles y angustias paralizantes. Creo tener extensos cabales -valga la redundancia-, por lo que debo desplazarme demasiado para salirme de ellos y, como acabo de contarles, me empeño en no gastar pólvora en chimangos sabiendo que estos bichos son ágiles para esquivar los perdigones y -a la corta o a la larga- acaban estrellándose contra algún matorral. Pero entro en contradicción: me resisto a pensar que tanta gente con la cual interactúo cotidianamente y me demuestra ser competente en ciertos campos intelectuales y laborales, a la vez sea tan llana en otros conocimientos y tan necia en otras prácticas. Es que, no obstante las casi tres décadas en democracia mayormente restringida, las marcas de infancia, adolescencia y juventud (en ciertos casos, “adultez”) desde la dictadura y hasta los libanizados ’90, siguen dejándose ver a diario en muchos de mis congéneres.

Ya que estoy animado para describirme, vale relacionar esto último con lo inicial. Cuando me refiero -en la web 2.0 o en la vida 1.0- a las insignificantes y aisladas novedades del rejunte opositor o a las tendenciosas y descabelladas líneas que bajan los otrora medios hegemónicos, ni siquiera lo hago como catarsis: esa sería una rutina demasiado imbécil y me haría entrar en otro absurdo. Lo hago porque soy un gozoso docente y, a pesar del desapego formativo y la habitual falta de ideales solidarios, sigo creyendo en el poder de los disparadores de interés para la construcción colectiva en cualquier ámbito. Es más, me agrada muchísimo cuando se suman compañeros del campo nacional y popular a las notas y a las conversaciones, pero cuando posteo o charlo lo hago primordialmente para favorecer la intervención de aquellos otros -los consumidores del discurso alarmista y falaz- acercándoles la posibilidad de escuchar otras voces intentando persuadirlos de que este modelo de gestión ni siquiera es el mejor: es el único viable y conveniente para las mayorías.


Redondeo.

El mencionado correo era un jodido link, de esos que detesto recibir si no me lo envía alguien que sepa mis intereses y mis preferencias. Pero, insisto, soy cortés, le di click y lo enlacé.



Ya les dije que me apasiona la docencia, pero también me agobia sentirme obligado a intentar ejercitarla permanentemente, impulsado por tantos conceptos parciales y enfoques fragmentados, cuando no, alevosamente deformados. Agota de veras. Sobre todo cuando los oligofrénicos repicadores del discurso del oligopolio juegan al ring-raje: mojan la oreja y rajan, jamás argumentan críticas ni proponen alternativas. Juegan aniñadamente al ring-raje que Macri va contando como treinta veces en radio y tele como si fuese el único recuerdo “feliz” que conserva de su infancia. No deja de darme tristeza Macri, a pesar del desprecio que me inspira.

Al colega le contesté breve, tan breve como puedo ser, esperando un diálogo que no creo que se produzca. Pero soy testarudo (y contradictorio): cada tanto bajo a algún chimango a escopetazos cargados con reformulación de ideas decantando sistemáticamente la tergiversación de la corpoposigarcamediática, con irrebatible exposición de abrumadores hechos de gobierno y con la revisión de los profundos y superadores cambios socioculturales.
 
 
La respuesta fue esta:
 
 
Te agradezco el correo pero hubiera estado bueno que no mandases el enlace agregando “sin comentarios”. Tenés el derecho y el deber ciudadano de opinar. Por mi parte, hago gustoso uso de ese derecho y espero tus opiniones para intentar el crecimiento de ambos.


Veamos:

La nota fue publicada por el diario “Clarín”.


Contextualicemos (como en el aula):

El Grupo “Clarín” -ya me aburre decirlo- maneja el 75% de la comunicación nacional mediante diarios (20 en el interior, Clarín, La Nación, La Razón, Olé, etc.), revistas (PyMEs, Elle, Genios, El Gráfico, etc.), fábrica de papel (Papel Prensa), Imprentas (varias en el interior, Clarín, Impripost, Tinta Fresca, etc.), canales de aire (el 13 y otros 25 en el interior) y por cable o satélite (TN, 3 TyC, Volver, Rural, Magazine, etc.), productoras de contenidos para televisión (Ideas del Sur, Polka, Patagonik Film Group, Torneos y Competencias, etc.), radios (Mitre, la 100, etc.), agencia de diarios y noticias (DyN), distribuidores de TV paga por circuito cerrado (Fibertel, Cablevisión, Multicanal, Supercanal, etc.) que aprovechan el doble play con provisión de servicios de internet (Fullzero, Flash, Ciudad Internet, con extensiones en todo el país, etc.), múltiples sitios para compra y venta de productos (deremate.com, deautos.com, masoportunidades.com, etc.) además de ofrecer esas operaciones junto a alquileres cuando se trata de viviendas.

Con seguridad que no cité un montón, pero realmente me da risa. Es como defender a Goliat porque David tira piedritas. Es como Lanata diciendo que se pone del lado del más débil: “Clarín”. Posta, da risa. Y desconsuelo. Menos mal que no me siento solo; al contrario, estoy acompañado por más de la mitad de los argentinos. Y con fundamentos no con sanateo ni tergiversaciones. Con convicciones críticas no con opiniones absorbidas sin tamizar. Con virtuosos anhelos no con resentimiento.

Y soy un tanto cabeza dura. La fe que tengo en la gente prevalece sobre las evidencias que percibo sobre la falta de juicio crítico y trato de convencerme que es causado porque no escuchan todas las campanas. Entonces, hago sonar otra -la mía y de muchos- aún sabiendo que pueden ser debates improductivos, pero participo en ellos porque no puedo creer que haya pares que consumen excluyentemente el discurso único y no aceptan otra mirada aunque tampoco ofrezcan argumentos para refutarla. Sólo la niegan, no la contradicen ni dan otra alternativa. Son como un niño que sólo se alimenta con leche de carnero y, obvio, se empacha. Se enferma. Y vomita. Y se afiebra.


Recapitulemos (como en el aula):

Ahora vayamos a revisar la info-deformación de “El Gran Diario Argentino”:


Título: “Para el productor de 6-7-8 el pluralismo es una hipocresía”.

Significante asignado para el target de clarinetistas leedores sólo de titulares efectistas: Diego Gvirtz es un mercenario que apoya al gobierno tirano y crispado, combatiendo la libertad de expresión de quienes no coinciden con sus ideas y metodologías.


Nota: “"El pluralismo político sería inviable y es la hipocresía de quienes lo ejercen. El pluralismo es que existan muchos canales de distintas ideologías”.

Significado dado por cualquiera que lea la nota: Para Gvirtz, quienes se dicen pluralistas son hipócritas porque sólo lo declaman. No existe ningún medio de información de actualidad política que sea pluralista. Es claro que lo que dijo fue que el espíritu de la Ley de Medios (a la que tan fuerte resiste Clarín su cumplimiento) es precisamente favorecer que se expresen todas las voces y que cada quien escuche la que le parezca, pero no sin la hegemonía absoluta de un grupo económico. Además, es claro que ese grupo -como cualquier otro- no lleva a sus programas ni ofrece sus columnas periodísticas a todas las voces ni a todos los signos y, si lo hacen, es para tergiversar las opuestas como en este caso. ¿O le creés a Bonelli o a Majul y sus gangosos ni “kiznerista” ni “antikiznerista” cuando solo muestran una opinión monocorde?: la de la oposición. Bah, ni monocorde, ya que los ineptos del Grupo “Ah” no se ponen de acuerdo ni para oponerse.


Concluyamos (como en el aula):

La pluralidad no es conseguida en un excluyente Almacén de Ramos Generales: eso es oferta de mucha mercadería pero de pocas marcas y en un lugar puntual, obligando a desplazarse hasta ahí y a comprarles lo que ellos deciden vender.

La pluralidad es brindada con la existencia de muchos supermercados y despensas familiares con todos los rubros en el barrio: algunos ofrecerán productos de una línea y otros de otras, pero estarán mejor distribuidos y más cerca de todos.

No hay que ser Licenciado en Comunicación para entender lo que significó Gvirtz y lo que tradujo "Clarín". Sólo hay que leer la nota, así de fácil. Y no me extiendo sobre ella, porque -insisto- sólo hay que leerla: pegale una ojeada y criticá con fundamentos lo que expresó Gvirtz, si no la leés no la hagas circular, porque eso -más que inocente- es ser funcional a intereses que ni siquiera te tomás el trabajo de averiguar. Ahora, si sí la leíste, sería oportuno que la enviaras “con comentarios”.

Te pido disculpas si la manera de expresarme te cae densa, pero entendé que estoy bastante podrido del repiqueteo del discurso Clarín - La Nación - Perfil - etc. sin sustento y sin otros sonidos.

Te comento: mi abuela tenía un problema auditivo que la llevaba a escuchar constantemente chirridos (como de grillos y chicharras) y te cuento, vivía diciendo que era enloquecedor y que le impedía entender con claridad cuando le hablábamos. A veces creo que eso pasa cuando se escucha, se mira y se lee un discurso chillón, uniforme y continuado.

Notando que me mandás notas de esos medios bastante a menudo, te aclaro que ya que suelo tenerlas leídas antes de recibirlas, ¿o creés que sólo me informo con “Página|12” y “Tiempo Argentino”? Te agradezco el esfuerzo, pero no tiene sentido que hagas copy and paste o pegues enlaces. Es decir, si no agregás tu enfoque, es en vano y hasta molesto que me lo envíes: lo hacés tarde, no me aporta nada y pierdo tiempo.


Y termino.
No hay independencia porque somos sujetos que, como tales, estamos sujetos a la comunidad con nuestras circunstancias y desde nuestro contexto: a pesar del individualismo exitista, nadie se salva solo.
No hay pluralismo si la línea editorial censura opiniones divergentes.
¿O no recordás qué pasó con “TVR” y “Duro de domar”, programas producidos por “Pensado para Televisión” (PPT de Diego Gvirtz), el año pasado? Pues bien, Artear (Canal 13) del Grupo “Clarín”, no les renovó el contrato.
¿No sabés que aquellos proveedores de TV por cable -del Grupo "Clarín- que te mencioné, no incluyen a "TeleSur", "CN23" y "Paka Paka" en la grilla de canales? O, peor, ¿sabés que esas señales existen?
Muy pluralistas… en fin. ¿Y no querés que me de gracia?

Te dejo un abrazo, esperando que no se repita lo de otras veces. Nos vemos el lunes en el cole y la seguimos.



Bueno, amigos y amigas, compañeros y compañeras, lectores y lectoras de este post: les agradezco que hayan compartido mi cotidianeidad. Y les confieso: la patrona no está y necesitaba contar mi rutina.

Saludos.


Si te quedaste con ganas, cantate "La Marcha de San Magnetto"


8 comentarios:

maleari dijo...

Estimado: tomo referencia, no solo de la nota sino de la conducta de contestar este tipo de boludeces, por lo menos para desalentar esta metodologia cuando viene de algun conocido, familiar, pariente, tutor o encargado. El tipo se enojará un poquito, pero no rompe mas las bolas y posiblemente decline en esa costumbre tan pedorra. Da trabajo, cierto, pero es cuestión de darle un poco de bola sobre todo de ahora al 23 de octubre, epoca de cascoteo creciente. Abrazo.

Adán De Ucea dijo...

Te agradezco. A veces me siento un poco estúpido pero sigo haciéndolo. Claro que invitándolos a argumentar sin repetir y sin soplar: o hacen agua y no joden más o, cada tanto, cambian un tanto el enfoque al verse.

Marcelozonasur dijo...

Bien contestado. Y no te sientas estupido por hacerlo. Lamentablemente, porque es mas fácil romper que construir, uno debe tomarse un tiempo considerable a veces. Pero hacerlo de otro modo, cascotearse con chicanas y frases vacías, solo deja lugar a que cada quién mantenga su posición original. Argumentando y exponiendo hechos concretos, no tienen mucho por responder.
Saludos.

Marcela de Bernal dijo...

Creo que nos pasa a todos un poco y desde hace un largo rato.
A mi familia cordobesa –radicales ellos- les bloqueé las direcciones de correo. Era eso o terminar la relación. Si hay algún nacimiento o deceso que usen el teléfono. Llegué a esto después de mucho debatir y responder como vos has hecho con este compañero.
En el trabajo la cosa se complicó en 2008. Alguien dijo alguna vez que el “cliente siempre tiene la razón” pero un día me harté de que el “otro” siempre presuponga que pienso, opino y siento como él. Contesté durante un tiempo. Respetuosa. Reflexiva. Exigiendo ese mismo respeto hacia mí. Pedí argumentos que jamás me dieron porque eran solo copia y pega al que le dan fw motivados por el asco que le tienen al gobierno y sobre todo a Cristina por ser mujer, bella e inteligente.
A algunos les advertí, no dieron bola, les tuve que bloquear el remitente y no supe más de ellos. Ni como compulsivos enviadores de mierda a los correos de la empresa, ni como clientes. A una señora de la comunidad judía, le pregunté qué pensaría ella de mí si -de la nada- en vez de mandarle una lista de precios le enviara Mi Lucha en PDF. NS/NC.
Pero estoy cansada. Comencé a militar hace 39 años y con el paso del tiempo perdí la paciencia. Igual estoy convencida de que a ciertas personas no hay modo de hacerlas comprender porque sus argumentos carecen de racionalidad. Consumen medios como Clarín o TN a sabiendas porque retroalimentan su odio.
Hace poco me regalaron un par de botellas de vino El Justicialista. Una la dejé en un estante de mi escritorio expresamente. Bien a la vista. Por ahora funciona. Los que siempre boquearon se abstienen. Otros sueltan la lengua y terminamos intercambiando correos personales o féisbuc.
Pero creo que el tema tiene que ver con la ubicación y el respeto, cosa que por lo menos durante este año no van a ser valores con que nos crucemos muy a menudo. Al contrario. Va a ser tan o más feroz como durante el 2008 y habrá que estar preparados.
Un abrazo.

Peter de A. dijo...

Habría que tratar de entender a los clarinistas. Por ejemplo, a mi me parece que en muchos casos son personas que no debaten los pormenores de las cosas porque piensan que el hecho de que lo diga Clarín es ya motivo de asentimiento de su parte. Lo que no sé es si eso es bajo la creencia de que más allá de que perciban que las cosas no son en sí mismas como dice el diario (como lo muestra este ejemplo que postea, es decir, que deliberadamente falsean las cosas) creen que su lectura es más segura que los hechos que mencionás; o si simplemente no distinguen lectura de clarín de hechos de por sí y no llegan a captar la diferencia entre los hechos y los relatos.

Si ocurre lo segundo (que muy probablemente lo haga en gran cantidad de casos), el tema es no discutir un relato directamente con otro sin salvar el lugar de los hechos, como aquello que constituye el primer lugar del consenso posible, desde el cual, sí, remontarse a los relatos y lecturas. Una disputa de lecturas dificulmente conduzca a acuerdos.

Saludos

Adán De Ucea dijo...

Marcelo: Esa es la idea. O sea, agota pero a la vez energiza cuando me reafirma mis convicciones o persuado a alguien que este modelo -repito- no es el mejor porque es el único. Mis amigos y colegas son mayoritariamente clase media y baja. Varios escuchan otra campana, sobre todo si el tañido les resulta grato cuando reeducan el oído.
Marcela: Sé que no hay modo de que entiendan algunas personas (de hecho, yo mismo hay ciertas cuestiones que no comparto ni esforzándome y sigo plantado en mis ideas). Te agradezco las sugerencias, pero seguiré bajando líneas y rebatiendo declamaciones sin fundamentos válidos ni respaldo en trayectorias. De tanto insistir, varios de mis amigos hoy son ex-opositores.
Peter: Entiendo a los clarinistas y desde ese lugar argumento mis refutaciones y mis afirmaciones. Por un lado, es cierto que su línea editorial se acostumbró a ser tomada como la verdad revelada y, por eso, últimamente cometen torpezas tan evidentes. Y no entiendo si es una crítica cuando recomendás “no discutir un relato con otro”, ya que intento interactuar siempre desde la resignificación en contexto y considerando los probables motivos y aspiraciones del pensamiento del otro.
Gracias a los tres por aportar sus ideas. Saludos.

Peter de A. dijo...

No, no es una crítica. Me refiero a la diferencia entre los hechos y sus lecturas, diferencia que para algunos ees errado postular, pues asimilan todo a lectura. Yo creo que si no es por la existencia de algo que se supone imparcial, no es mucho lo que se puede hacer. Es decir, habrá algunos que abandonarán el clarinismo, por ejemplo, para adoptar una persectiva más K. Sin embargo, habrá siempre quienes se nieguen a ese cambio, y sin embargo debe ser posible debatir en tales casos.

Adán De Ucea dijo...

Me quedo más tranquilo, Peter, es que ando susceptible porque los PROgres nos tratan de stalinistas débiles, jaja.
Considero que tu postura para la crítica es la más favorable y no creo que esté tan alejada de la mía: contrarrestar a la manipulación de la información no es patrimonio "K", aunque durante este lustro se le haya caído la careta a más de uno.
Saludos y gracias por atender al blog.

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