No importa discutir ahora a los censores de “Melopea”
-ni de “Surco” de Santaolalla- y otras discográficas
que aguantan los trapos a la producción
nacional en estos tiempos de invasor comercialismo exacerbado.
No importa ahora si Nebbia lo curró a Tanguito
con “La balsa” aunque siempre haya figurado como autor.
Sí importa qué era aquella balsa. Como importa
más atender quien era “el oso”, el tigre viejo y el hombre
con sus jaulas, que distraerse en los detalles
del cartel francés. Realidad efectiva que debemos a Perón...
Feliz cumpleaños, maestro.
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