No es novedad que
las usinas de la manipulada tergiversación de información funcionan a pleno
hace más de un lustro.
Tan a pleno, que se
reviran sus mecanismos, aunque algunos engranajes continúen transmitiendo ese desacompasado
movimiento de
manera funcional sin vincularse al funcionamiento y al combustible que motoriza
a la fuente de poder.
A pesar de ser tan
vieja como obsoleta, bien valen desmontarse algunos dispositivos de esta
baqueteada maquinaria.
En esta saga de posteos,
aprovechando el tiempo que disponemos en vacaciones, solamente nos abocaremos a
demostrar
la falsedad de
algunas fuentes de información publicada que, en ciertos ámbitos, se torna
acríticamente opinión pública.
En realidad, ya
estamos un tanto hastiados de rebatir a la hermética y cerril oposición que sólo reacciona descalificando y
pretendiendo agredir
con adjetivos surgidos del propio prejuicio aislado a quienes, en mayor o menor
medida, apoyamos a
la actual gestión de gobierno. Ese disperso agrupamiento de insatisfechos sin solución de continuidad declama tolerancia
la actual gestión de gobierno. Ese disperso agrupamiento de insatisfechos sin solución de continuidad declama tolerancia
pero no la
tiene, acusa de relato mientras relata, presupone clientelismo cuando son clientes
de otros intereses, condena
por reflejo todo
lo que se haga sin jamás contraponer una propuesta presumiblemente superadora o
al menos alternativa,
promueve la libertad de expresión al tiempo que censura a quien objeta sus críticas mediante
argumentaciones concretas,
acusa de
fanatismo mientras no hay modo de que pueda abrir perspectivas a otras ideas
cayendo en el insulto automático,
fustiga al
programa “678” -justo a nosotros que somos peronistas- pero consume los
multimedios del Grupo “Clarín” y
sus apéndices “Perfil” y “La Nación” o difunde y repica las tiras del plagiador serial Nik,
entrando en contradicción que
lo desnuda; no
falta quien se cree progresista aunque recurre y se fundamenta en los servicios
“SEPRIN” y “Urgente 24”.
A ese disperso agrupamiento de insatisfechos sin solución
de continuidad no los identifica la búsqueda de consenso sino
la sistemática destrucción. No los une el amor sino el espanto
por desconcierto. Si, con tal de condenar al gobierno, hasta
coinciden en máximas de Lenin o de quien sea,
retroalimentándose así provengan del derechista humanismo que quiere
a Videla, del artificioso primermundismo excluyente
noventista, del patriciado puntano, del seineldinismo tachuelista,
del trotskismo lebruno, del profetismo carriotero, de la socialdemocracia
franjamoradista o la sui generis del sushi y el
cavallismo, de la progresía sojera de la Pampa Húmeda o
del conservadurismo vecinal que no entuba y hace la plancha…
En definitiva, lectores y lectoras, amigos y amigas,
compañeros y compañeras, detractores y detractoras, todos y todas:
Sabiendo posible que a algunos y algunas puede caerles
espeso, estamos convencidos que a ese lábil agrupamiento de
insatisfechos sin solución de continuidad que nos tiene un tanto hastiados de fundamentar a tal cerril oposición erigida
insatisfechos sin solución de continuidad que nos tiene un tanto hastiados de fundamentar a tal cerril oposición erigida
en una burda remake de la UDeSo cual Unión Democrática
Sobreviviente, sí hay algo que los une de modo inmanente
e indisimulable y bien puede resumirse en las siglas
del FAP. Constituyen el Frente Anti Peronista, sin lugar a
dudas…
Reductivamente, no parece tratarse de otra cosa. Más
cerca de Chicago o de San Petersburgo, los identifica la oposición a
todo lo que huela a genuino peronismo, que no es lo mismo
que peronismo puro como declaman peritos peronómetros.
Son tan
predecibles y badulaques que han pasado setenta años y aún no perciben que cada
intento por fisurar y descalificar
al peronismo termina abroquelándolo y trastocando la agresión en su
propia contra como un búmeran activado por hechos.
Si borraran de su jerga clasista: “choripán, militontos, relato, kretina, tiranía, populismo” y otros
vocablos nonallados
(tres veces trillados) debiendo definir los significantes
preasumidos y pretendidamente universales, caerían en otro brete.
Son tan imbéciles, en general, que ni siquiera enmascaran
sus pasmadas conceptualizaciones cuando vociferan o escriben “KK”
añadiendo patéticas proyecciones tales como que “somos un país de
mierda”. Y sí, señores primates y señoras simias, ni
siquiera se cuestionen que ustedes forman parte del país. Eso sí, no dejen de ver que en esta tienen razón y son coherentes:
siquiera se cuestionen que ustedes forman parte del país. Eso sí, no dejen de ver que en esta tienen razón y son coherentes:
debemos ser un país de mierda ya que 11 (no 1 ni 3) de cada 20 ciudadanos y ciudadanas nos sentimos
pura “KK”…
LA
BANDA DEL MUPPET MASTER
Persiste a toda máquina y quemando
aceite la usina de producción -periódicos,
medios audiovisuales
y digitales, ONG’s- de tergiversadas informaciones, aptas
para opositores acríticos, que se sustentan
difundiendo aviesa y burdamente funestas
imágenes foráneas o anacrónicas como dadas aquí
y ahora.
El titiritero manipula a toda máquina y
¡crac! Los muppet masters se quedan con
los piolines colgando.
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1 comentarios:
Muy bueno!!!
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