Si la licenciada se hubiese preocupado por otras cuentas que repican sus propios tweets, se
evidenciaría un serio problema con las TICs luego de 25 meses participando en la red social.
Ahora, si su desesperación hubiese sido motivada porque una aplicación escribe tweets a su nombre,
ya sea porque le permitió el acceso o si se tratase de un hackeo virtual, la sugerencia del voluntarioso
politólogo de bloquearla solamente evitaría que los leyera y no que esa cuenta siguiese emitiéndolos.
Con la insuficiente información descripta no hay certezas de la clase de retweets en cuestión, pero es
irrelevante: ya sabemos que para ciertas franjas mediatizadas lo que no sale en la pantalla, no existe.
Y la imposibilidad de resolver semejante enigma informático continuó durante 17 días, hasta que...
... ¡Eureka!
1 comentarios:
El aval de Lamberto, la opinión de un experto
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